Nadie es un extraño, el mundo y tu sois uno.

Insphirados nace bajo el amparo y la bendición de Pujya Swami Rameshwarananda Giri Maharaj, de cuya luz, entrega y sabiduría bebe este blog. Esta plataforma tiene como humilde pretensión ser un lugar de encuentro, de reflexión y de andadura para todos aquellos que bajo la inspiración de Swamiji han decidido ir en busca de la Verdad. Cada cual al ritmo de sus posibilidades, con mayor o menor acierto, con mayor o menor constancia. Todos son bienvenidos.

domingo, 24 de mayo de 2015

Un pequeño comentario sobre esa frase de ayer,


"El hábito no hace al monje.
Lo que hace al monje, es el hábito."


Esa ocurrencia matutina de ayer, aunque acuñada por mí, se debe evidentemente a la inspiración de Swamiji, especialmente después de este fin de semana, recién concluido, pasado en su presencia.
Es un fin de semana en que Swamiji, de repente me sorprendía preguntándose qué vestuario sería más adecuado para la conferencia que habíamos organizado. Así quedaba claro que lo formal iba a ser del todo accesorio. Que es una cuestión a la que no suele prestar importancia y, en esta ocasión,enfrentado a una audiencia de doscientas personas, afloraba como algo exterior a él, cuyo único objeto era que se adecuara a lo que los otros vivirían como una presencia externa cómoda o adecuada. Así pues, el hábito no hace al monje.
Este fin de semana, que Swamiji ha pasado en casa, ha sido una vez más ejemplo de rigor y disciplina, de disponibilidad plena a todos y a todas. De atención plena y permanente. De compromiso con mayúsculas, con la práctica, la comunicación de sus enseñanzas, la puesta a disposición de su experiencia y su vivencia para compartir el profundo camino espiritual en el que brilla. Todo eso a través de la sistematización del rigor en los actos y la conducta. El no fallar nunca, el no permitirse una excusa o un momento de pereza o indolencia. Haciendo evidente entonces, que lo que hace al monje es el hábito.

viernes, 22 de mayo de 2015

Ocurrencia matutina, compartida y bendecida por Swamiji:

El hábito no hace al monje.
Lo que hace al monje, es el hábito.
Comparto con vosotros una pequeña reflexión que ha asomado esta mañana a mis dedos y a mi teclado. La he llamado "La trampa del espejo".

A menudo caemos en la "trampa del espejo". ¿En qué consiste, preguntas? Pues consiste en colocar sobre aquel espejo de toda la vida, en el que nos mirábamos de pequeños, una foto de nosotros mismos que pensamos que nos favorece. En esa foto, aparecemos tal como queremos vernos y, sobre todo, tal como queremos que los otros nos vean. Cada mañana al levantarnos, nos situamos frente a la foto y la miramos como si realmente fuera un espejo. Sonreimos a la foto con esa complicidad del "qué bien estoy" y salimos decididos a comernos el mundo. Si tenemos una inmensa suerte, un día la sujeción de la foto se rompe, y al levantarnos nos encontramos frente a un espejo sucio, que no refleja nada. Y si tenemos aún más suerte, y somos honestos, si somos valientes y determinados, si nos comprometemos con verdad en nuestro corazón, realizamos el gesto más audaz, que puede redimirnos: comenzamos, poco a poco, con tesón, a limpiar el espejo. Vamos descubriendo entonces las huellas que nuestro recorrido por el mundo ha ido dejando, en forma de arrugas y de imperfecciones, y deseamos con todas nuestras fuerzas recuperar aquella foto juvenil e ideal para que vuelva a presidir nuestras mañanas. 
Y en este momento, si hacemos acopio de valor y entereza, tomamos la decisión más importante que tomarse pueda. Agarramos el trapo, y seguimos frotando.

(Foto, Marcos Soria)
                         La belleza de los maestros en meditación, arrobados por el silencio.
                     Esta es una entrada que iré repitiendo, pues es la fuente de insphiración.

Ramayana Movie - Una aproximación Manga al Ramayana

domingo, 17 de mayo de 2015


Un paso más en la Exploración del Vedantasara


El cuerpo sutil y sus partes

Los cuerpos sutiles son los <<cuerpos distintivos>> (lingasarirani), que constan de diecisiete partes.
Las partes del cuerpo sutil son: los cinco sentidos, el intelecto (buddhi), el manas (mente no determinadora), las cinco facultades de acción y los cinco alientos vitales.
En la base del ser individual (jiva) se halla la ignorancia individual que es el cuerpo causal (karana sarira), la causa de los otros niveles de la individualidad. El cuerpo sutil (suksma sarira) es aquella parte del ser individual que no se percibe directamente por los sentidos: el sistema de todos los elementos psíquicos y <<energéticos>>. El cuerpo tosco (sthula sarira) es la dimensión física o perceptible del ser vivo.
Los cinco sentidos son el oído, el tacto, la vista, el gusto y el olfato.
Literalmente jñanendryia significa <<órgano o instrumento de conocimiento>>. Son las facultades psíquicas, sutiles, que nos permiten sentir las sensaciones físicas: sonido (sabda), contacto(sparsa), forma o color (rupa), sabor (rasa) y olor (gandha); es decir, son los cinco sentidos clásicos: oído, tacto, vista, gusto y olfato. Sin embargo los nombres literales de los cinco jñanendryias son: srotra (oído u oreja), tvak (piel), caksus (ojo), jihva (lengua) y ghrana (olfato). Son pues los nombres de los correspondientes órganos de los sentidos, a pesar de lo cual se trata de facultades mentales y no de los órganos físicos de los sentidos porque éstos pertenecen al cuerpo físico, y no al cuerpo sutil.
Cada sentido está hecho de la parte sattvica o <<bondadosa>> de uno de los elementos sutiles. Recordemos que en los elementos sutiles predominaba el constitutivo <<oscuridad>> (tamas), pero que también tenían algo de los otros dos constitutivos, rajas y sattva. Las facultades psíquicas -los sentidos, el intelecto y la mente indeterminada (manas)- Proceden de esta pequeña parte sáttvica o pura de los elementos sutiles (tanmatras). La diferencia es que cada sentido procede de un solo tanmatra, mientras que el intelecto y el manas proceden de la parte sáttvica de todos los tanmatras juntos. Por eso, aunque cada sentido sólo puede aprehender la cualidad sensible característica del tanmatra del que procede, el intelecto y el manas pueden trabajas con todas las sensaciones.
Así de la parte sáttvica del elemento éter, caracterizado por la cualidad del sonido, surge el sentido del oído; de la del aire, caracterizado por el contacto, surge el tacto; del fuego, caracterizado por la forma, la vista; del agua, que tiene sabor, la lengua; y de la tierra, olorosa, el olfato.
Es así el universo? Desde la física moderna hay que contestar que no. Pero viendo esta cosmogonía como un intento de organizar la experiencia de lo real, una mirada benévola puede aceptarla como una clasificación plausible de nuestras experiencias. Y sobre todo, como una clasificación que puede ser útil para la meditación y, en consecuencia, para avanzar hacia la experiencia adual, que es la meta del Vedanta.
Si el Vedanta fuera una filosofía, desde un punto de vista vedántico, habría que dejarlo atrás para avanzar en el camino. Pero el Vedanta no es una filosofía, sino el final del conocimiento. Las descripciones del Vedanta sirven para darnos una imagen completa de la realidad en todos sus aspectos. Si, adaptándolas y reinterpretándolas, podemos mediante ellas tener una visión de conjunto plausible de la realidad, eso es suficiente. Porque recordemos que el siguiente paso de la práctica es apavada, la negación de todo lo que estamos exponiendo.
En consecuencia, caben múltiples interpretaciones plausibles de la realidad. Lo que importa, no es tanto que sean verdaderas o falsas como que sean compatibles con la experiencia común y sirvan para orientar nuestra vida. Cada cual optará por una de ellas según lo que quiera hacer con su vida.


Comentario de Pandu:


Aqui el Vedantasara propone una descripción de la realidad en clave cosmogónica. Y esa propuesta plantea un contacto con lo real que podemos asumir como algo que nos remite a nuestra experiencia individual del mundo. Es decir, una percepción "física" de la realidad que se produce a través de los sentidos y la sensación que cada uno produce (oído, vista, tacto, ...) y una aproximación intelectual a esa realidad a través de una elaboración psíquica en la que todos los sentidos pueden entrar en juego mezclándose; en la que no es necesaria la experiencia unívoca estímulo-sensación. En esa experiencia intelectual se produce una elaboración creativa y subjetiva de la realidad que permite que cada ser individual genere su "propio universo", hecho desde luego de ignorancia y también de autoengaño.

jueves, 14 de mayo de 2015

RAMANA MAHARSHI-Documental Arunachala Shiva (subt. español)





Un documental que ilustra bien como se dan las cosas en determinados ámbitos, qué ocurre cuando uno tiene la mente abierta a recibir.

martes, 12 de mayo de 2015

Queridos amigos lectores,

para la conferencia de Swami Rameshwarananda Giri Maharaj se han liberado 14 plazas que estaban bloqueadas para diversos posibles compromisos. Si alguien quiere inscribirse, todavía está a tiempo, enviando un email a sr2305@hotmail.com indicando nombre y apellidos.
Os recuerdo que la conferencia tendrá lugar en el CCCB, Aula 1, el dia 23 de Mayo a las 11 horas.
Gracias a todos por asomaros de vez en cuando!

domingo, 10 de mayo de 2015

Avanzamos un poco más en la exploración del Vedantasara

A las cinco sustancias que son los primeros derivados de la ignorancia se les llama <<elementos sutiles>> (suksmabhutani) porque son imperceptibles por los sentidos, a diferencia de los elementos toscos (sthulabhutani) que se derivan de ellos. Su nombre más conocido es tanmatras, literalmente <<sólo eso>>, es decir, elementos simples, no mezclados. Se llaman así porque en el estado anterior al despliegue cósmico cada uno de ellos sólo posee su propia cualidad distintiva (visesaguna), un único atributo que constituye su naturaleza. Así la cualidad distintiva del éter es el sonido (sabda); la del aire, el contacto (sparsa); la del fuego, la forma (rupa); la del agua, el sabor (rasa); y la de la tierra, el olor (gandha). Los nombres son los de las cualidades sensibles o sensaciones que perciben los órganos sensoriales, pero no son las sensaciones propiamente dichas sino sus esencias sutiles, las sensaciones en potencia que luego se actualizarán o manifestarán en las sensaciones toscas que aprehendemos con los sentidos.
La diversidad sutil de la que procede todo el universo está hecha de sensaciones en potencia. En el fondo, pues, todo es sensación. No sólo los objetos percibidos, sino también los afectos, las imaginaciones y recuerdos, y hasta los pensamientos están hechos de sensaciones. Es cierto que, además de los cinco sentidos clásicos -exteroceptores-, que captan las sensaciones externas, hay otros sentidos mediante los cuales percibimos las sensaciones internas -interoceptores- y los movimientos del cuerpo -propioceptores-; pero la idea básica de que toda nuestra realidad experiencial está hecha de sensaciones no se ve afectada por esta ampliación  del número de los sentidos.

De los elementos sutiles proceden los cuerpos sutiles (suksmararirani) que, juntos, constituyen el mundo sutil entero.
El fondo último que constituye todo lo real y lo trasciende infinitamente es el brahman. El brahman es la Consciencia. En nuestra experiencia consciente sólo hay Consciencia o Experiencia. Si conseguimos ver todos los fenómenos sólo como Consciencia, estamos conociendo la adualidad de la realidad. Si nos instalamos en este conocimiento, hemos alcanzado la liberación. Pero si no estamos liberados, nos imaginamos que la Consciencia es múltiple -aún cuando nunca lo es-; que está dividida entre yo y no yo, en la dualidad. Esa es una visión errónea que provoca apego y sufrimiento. A la causa de este error la llamamos la ignorancia (avydia ajñana) o ilusión (maya).
Tenemos pues la Consciencia y la Ignorancia. La ignorancia debe ser múltiple porque de lo contrario no podría ser la causa material de un universo múltiple; por eso decimos que está compuesta de los tres gunas (tamas, rajas y sattva), cuya combinación da lugar a todos los fenómenos. Pero el universo entero está hecho de sensaciones, externas o internas, sentidas o imaginadas. Por eso postulamos que el primer producto de los tres constitutivos o gunas son los cinco elementos sutiles (tanmatras), las esencias imperceptibles de las que proceden las sensaciones perceptibles que constituyen todos los fenómenos sutiles (psíquicos y <<vitales>>) y toscos (físicos).
Decía Swami Brahmananda que el Vedanta es una <<ciencia subjetiva>>. Aunque el Vedanta tradicional haya sido tan metafísico como el que más, lo importante a efectos prácticos no es una supuesta <<realidad en sí>>, sino nuestra experiencia de la realidad.


Comentario de Pandu:

Así pues, la realidad última es la Consciencia, que todo lo es y todo lo contiene, pero que muy dificilmente puede ser percibida como tal. Si acaso, solo los seres liberados consiguen instalarse en un conocimiento no dual que consigue ver todos los fenómenos como Consciencia.
El resto de los mortales nos debatimos en nuestra experiencia del universo manifestado a través de nuestras facultades sensoriales. Estamos pues inmersos en el mundo de la ignorancia (ajñana) y la ilusión (maya). A pesar de eso podemos distinguir entre las realidades más toscas y las más sutiles, entre aquello más físico y más corpóreo y aquello que es más fino (psíquico), entre lo que es puro acto y aquello que es en potencia.
Otro pasito en la exploración del Vedantasara

Qué es el akasa, este primer producto de la evolución cósmica del que procede el universo?
Es una realidad material, extremadamente sutil, omnipresente, de la que está hecho todo cuanto existe en el universo. Según el Vedanta, akasa es espacio y éter a la vez. De hecho esta es una concepción mucho más próxima a la física post relativista que a la newtoniana, a un espacio-tiempo que interactua con la materia. Los elementos sutiles deben ser tomados, no como realidades físicas sino como realidades fenomenológicas, como contenidos de la experiencia intersubjetiva.
Aunque los elementos sutiles sean imperceptibles, sabemos que son inconscientes porque el universo que procede de ellos está teñido por la ignorancia, y es predominantemente inconsciente. Del universo perceptible deducimos la cualidad que predomina en su causa material, los elementos sutiles, y de estos deducimos el constitutivo (guna) predominante en su causa última, la ignorancia, y en este caso tamas, la oscuridad.
En el dominio de la ignorancia, ajñana, están presentes los tres constitutivos (tamas, rajas y sattva). Cuando los tres se encuentran en equilibrio, no hay creación. Pero cuando tamas se activa, permaneciendo rajas y sattva latentes, es cuando se produce akasa, el éter y, a partir de él, toda la creación. Entonces, en la ignorancia colectiva considerada como condicionante (upadhi) de Dios, está más activo sattva, pero en la ignorancia considerada como causa material del universo está más activo tamas.
La ignorancia es una única substancia y sus constitutivos están siempre presentes, más o menos activados. No es que la ignorancia, por esencia, sea más sáttvica o más tamásica, sino que en sus diferentes funciones o desde diferentes ángulos aparece más como hecha de bondad o hecha de oscuridad.
En resumen, la ignorancia como <<cuerpo>> de Dios se muestra más sáttvica; como causa material del universo se muestra más tamásica; pero en sí misma no es ni una cosa ni otra, sino trigunatmaka, <<hecha de los tres constitutivos>>, tamas, rajas y sattva.

Comentario de Pandu:
A riesgo de equivocarme mucho, yo pienso que la exploración de los conceptos vedánticos merece hacerse, tal como la física cuántica, desde la experiencia intersubjetiva. Resulta entonces que sí podemos ver la realidad del universo que conocemos como esa parte de la realidad teñida de ignorancia y oscuridad. Es el reino de lo no permanente, sujeto por tanto al error y la confusión, pero contiene a su vez un enorme potencial de luz y bondad. Y así, según desde donde experimentamos esa realidad, se torna más clara o más oscura, más o menos sujeta al deseo y el movimiento, más quieta y envuelta en un silencio de belleza o más inundada por el ruido y la confusión.
Como siempre, la clave está en nosotros mismos como sujeto y objeto de la experiencia.

(Foto, Marcos Soria)
                         La belleza de los maestros en meditación, arrobados por el silencio.
                     Esta es una entrada que iré repitiendo, pues es la fuente de insphiración.

domingo, 3 de mayo de 2015

Queridos lectores de Insphirados. Aunque algunos ya lo sabéis, quería comunicaros que el próximo día 23 de Mayo Swami Rameshwarananda Giri pronunciará una conferencia en Barcelona. El acto tendrá lugar en el CCCB (Centre de Cultura Contemporània de Barcelona), en el Aula 1, a las 11 de la mañana.

Por suerte o por desgracia, os comunico que hemos agotado el foro de localidades disponibles, así que aquellos que no os hayáis inscrito deberéis esperar a una próxima ocasión. De todas formas, yo miraré de colgar en el blog lo más significativo de la conferencia. Abrazos a tod@s.

A continuación reproduzco el título y el sentido de la conferencia tal como Swamiji lo ha formulado:




EL SENTIDO DE LA MEDITACIÓN EN NUESTROS DÍAS

“ El estrés producido por  la agitada vida moderna justifica la necesidad de elevar  nuestro nivel  de consciencia  de lo material a lo verdaderamente  espiritual.

En un mundo inmerso en el materialismo  debemos saber  quiénes somos en realidad y recordar cuál es nuestra responsabilidad esencial. La decisión personal de conocerse uno mismo  cambia nuestra percepción de la realidad y nos lleva a una nueva forma de pensar y de vivir .

Quien se conoce a sí mismo conoce la realidad y, por lo tanto, está en condiciones de manifestar el BIEN en todas las dimensiones de su vida.

La meditación es la capacidad  que tiene todo ser humano de identificar la profunda confusión  que su mente proyecta sobre la realidad, de abrirse paso a través de la confusión y de descubrir el estado despierto.”

Swami Rameshwarananda Giri


Dado que el Aula 1 tiene un aforo limitado a 190 personas hemos establecido un procedimiento para inscribirse. Aquellos que estéis interesados podéis enviar un email a la dirección sr2305@hotmail.com indicando nombre y apellidos.
Espero encontraros allí!

Un pasito más en la exploración del Vedantasara


Dios, causa material y eficiente del mundo

La consciencia condicionada por la ignorancia con sus dos poderes (proyección y ocultamiento), considerada principalmente en sí misma, es la causa eficiente, y considerando principalmente su condicionante, es la causa material del mundo.
Se plantea entonces una cuestión: todas las cosas relativas tienen causa material (upadana karana) y causa eficiente (nimitta karana). La primera es la materia de la que está hecha la cosa; la segunda el agente que la ha construido. En el caso de un jarro de arcilla, la causa material es la arcilla y la causa eficiente el alfarero.
Dios, la totalidad de la existencia relativa que incluye el mundo y las almas, tiene dos aspectos o vertientes: el espiritual (Consciencia) y el material (ignorancia). Si nos fijamos en el aspecto espiritual, Isvara es la causa eficiente del mundo, porque lo que causa o configura el mundo tiene que ser una realidad consciente, inteligente. Pero si nos fijamos en su aspecto corporal, la causa material directa del mundo es la ignorancia o ilusión cósmica (maya), que es el material inconsciente modelado por el Creador para dar forma al universo. Indirectamente, como la ignorancia con todos sus derivados solo existe en Dios, éste también es la causa material de todos los mundos.
En sentido estricto, Isvara sólo es la Consciencia condicionada por la ignorancia colectiva, igual que jiva (el alma) es la Consciencia condicionada por la ignorancia individual; pero puesto que ambos están vinculados intrínsecamente a sus condicionantes (upadhis), se puede decir que Isvara contiene el universo entero y que el jiva es el individuo (físico, sutil, causal y espiritual) entero. Cada uno de ellos es la Consciencia con sus upadhis. En consecuencia, como Isvara es todo cuanto existe, no sólo es la causa eficiente sino también la causa material de todo: todo está hecho de Dios.
Dice el Taittiryia Upanisad, <<después de crearlo, entró en ese mismo mundo>>. Para el Advaita Vedanta la transformación de brahman en el mundo sólo es aparente (vivartavada), como la falsa transformación de una cuerda en una serpiente, uno ve una cuerda y le parece una serpiente. La serpiente no tiene por qué reproducir las características de la cuerda porque, sencillamente, no existe aparte de la cuerda. Y lo mismo le sucede al mundo aparte del brahman.
Podemos preguntarnos, si todo es Dios , por qué no lo vemos? Desde el punto de vista relativo, el intelecto filosófico responde, por la misteriosa ignorancia, la inescrutable ilusión cósmica. Desde el punto de vista absoluto, la intuición no responde sino que disuelve la pregunta: Sí que lo vemos. De hecho sólo vemos a Dios.
Toda esta reflexión sobre el brahman como causa del mundo se refiere siempre al saguna brahman (brahman con atributos) o Isvara, no al nirguna brahman (sin atributos), que también carece del atributo de <<ser creador>>, e incluso del de <<no ser creador>>.

Igual que la araña, considerada principalmente en sí misma, es la causa eficiente de la telaraña y, considerando principalmente su cuerpo, es la causa material de la telaraña. Si nos fijamos en la araña como un jiva, o ser individual, es la causa eficiente de la telaraña, dado que emite el hilo y le da forma. Si nos fijamos en la araña como cuerpo físico, es la causa material, ya que el hilo y la telaraña están hechos de la propia sustancia de la araña.
El ejemplo de la araña aparece en la sruti:
<<como,la araña emite y recoge el hilo,
como las plantas crecen en la tierra,
Como el pelo crece en el cuerpo y la cabeza de un hombre vivo,
Así todo lo que hay sale del Imperecedero (aksara).>>



Comentario de Pandu:

Desde este punto de vista, toda la realidad física que somos y nos envuelve, es divinidad. Somos esa Consciencia, estamos hechos de ella. De esta forma resulta evidente la no dualidad. Todo es Uno, todos somos Uno, y somos parte de esa Consciencia cósmica. Nada pues nos es ajeno, nadie es un extraño.
El mundo pensado desde esta concepción debe hacernos mejores, con nosotros mismos y con lo que percibimos como los otros. Puesto que si yo hago el bien sobre mí, lo hago también sobre el universo, y a la inversa si hago el bien sobre el universo lo hago también sobre mí. Y todo eso en una bellísima paradoja, el concepto "material" del bien casi se disuelve, puesto que estamos plenamente contenidos en esa Consciencia que Es más allá de nuestra voluntad individual.

La Realidad resulta pues infinitamente poética, una inmensa sinfonía universal.