Nadie es un extraño, el mundo y tu sois uno.

Insphirados nace bajo el amparo y la bendición de Pujya Swami Rameshwarananda Giri Maharaj, de cuya luz, entrega y sabiduría bebe este blog. Esta plataforma tiene como humilde pretensión ser un lugar de encuentro, de reflexión y de andadura para todos aquellos que bajo la inspiración de Swamiji han decidido ir en busca de la Verdad. Cada cual al ritmo de sus posibilidades, con mayor o menor acierto, con mayor o menor constancia. Todos son bienvenidos.

lunes, 13 de julio de 2015

El Papa Francisco

Estos pasados días, con motivo de su viaje a América Latina, me han gustado especialmente algunas declaraciones del Papa Francisco. Esas declaraciones, desgraciadamente, ponen aún más en evidencia una durísima realidad: los años y años, siglos,  que la iglesia ha mentido para proteger con su complicidad a los poderosos. Esa mordaza que la iglesia (con minúscula moral) aplicó sobre cualquiera de sus miembros que reivindicara valores cristianos. Esa capacidad de chantaje moral y emocional que ha llevado a tantos y tantas a sufrir un referente espiritual inundado de lo diabólico.
Hoy resulta gratificante ver que el máximo representante de la institución es capaz de proclamar algunas verdades. Es capaz, a riesgo de su vida, de pedir perdón a tantas víctimas de la iglesia, ya sea por la eliminación física, ya por la aniquilación moral en forma de violación soez de los derechos más elementales.
Desgraciadamente ni siquiera la valentía y el decoro de este Papa conseguirá que algunos nos reconciliemos con la institución eclesiástica. Sin embargo dejará al menos un milagro de frescura de una persona honesta que creció en este entorno y, desde dentro, dedica sus energías a limpiarlo en la medida de sus fuerzas y capacidades.

domingo, 12 de julio de 2015


(Foto, Marcos Soria)
                         La belleza de los maestros en meditación, arrobados por el silencio.
                     Esta es una entrada que iré repitiendo, pues es la fuente de insphiración.
Un pasito más en la exploración del Vedantasara

A esta envoltura intelectual que se mueve entre este mundo y el otro mundo y que se deriva de la acción, la experiencia, el placer, el dolor, etc., se la llama el individuo, jiva, relativo.
Dice Sadananda que el jiva es el intelecto en cuanto iluminado por el atman.
Dice también Sadananda  que la envoltura intelectual es el vyavaharika jiva, es decir, el individuo relativo o convencional, como si aparte existiera un jiva absoluto, paramarthika. En realidad el jivatman o yo individual es siempre, por esencia, convencional, ya que sólo existe para la mente ignorante.
El jiva es pues lo que captamos del atman por medio del intelecto. Es, por tanto, una idea intelectual. Por consiguiente, el núcleo de la individualidad es una idea: la idea del yo individual. Pero el referente de esta idea es la totalidad del organismo humano, las cinco envolturas del atman: de felicidad, intelectual, de manas, vital y física. Aunque la idea de jiva esté en el intelecto, se refiere a todo el individuo, con sus tres cuerpos: físico, sutil y causal.
De los tres cuerpos del individuo, el cuerpo físico, sthula sarira, es el más pasajero, el que el atman se quita y se pone más fácilmente, como si fuera un abrigo, y que perece y se renueva en cada reencarnación. Los otros dos, el cuerpo causal o karana sarira, y el cuerpo sutil o suksma sarira, existen mientras existe el individuo, lo constituyen durante todo su ciclo transmigratorio. Son pues, el verdadero individuo, sin comienzo y que sólo se extingue con el conocimiento liberador. De estos dos, el cuerpo causal, que es la ignorancia individual, es igual en todos los seres. Así que el verdadero eje de la individualidad es el cuerpo sutil, no en vano también llamado cuerpo distintivo, linga sarira. Y en el centro del cuerpo sutil se halla el intelecto, la sinfonía de todas las ideas, que giran en torno al estribillo constante de la idea de yo.
Así pues, jiva designa en el sentido más estricto la idea de yo; en un sentido intermedio designa el cuerpo sutil o linga; y en el sentido más amplio se refiere al organismo individual en todos los niveles, desde lo más tosco hasta la sutilísima ignorancia que es la causa material de todo lo demás.

Comentario de Pandu:
Podemos ver como en jiva existe una parte claramente perecedera y mutable, efímera, que es el cuerpo físico. Y como la identidad se fragua como una suma de intelecto e ignorancia individual, en el camino de anhelo hacia un conocimiento liberador, hacia un contacto con la Realidad, brahman, hasta una natural disolución de la identidad en él. Cuando conoce el brahman, la individualidad deja de ser necesaria.
Seguimos viendo como el Vedantasara explica las distintas funciones de la mente

Hemos hablado de buddhi, como función determinante en el conocimiento de un objeto, y de manas, que nos permite deliberar y dudar en el proceso de conocimiento.
Existe una facultad, citta, que suele definirse como memoria. Citta forma parte del intelecto porque proporcionar conocimiento sobre los objetos. Lo específico de este función es que los objetos sobre los que afirma o niega algo ya han sido percibidos antes, mientras que el resto de la buddhi determina la naturaleza de objetos que no han sido percibidos con anterioridad.
Pero la memoria no solo comprende elementos intelectuales, sino también, en gran medida, factores irracionales como puedan ser sentimientos o imágenes. Así pues, la memoria no es solo un aspecto de buddhi, sino una combinación de buddhi y manas.
A modo de ejemplo, pensemos en la percepción de un jarro. A través del sentido de la vista, manas recubre el objeto y adopta su forma. Así aprehendemos la presencia del objeto, sin saber todavía qué es. Es la"percepción indeterminada" (nirvikalpaka pratyaksa). Entonces la memoria, citta, aporta el recuerdo de varios conceptos universales (ser jarro, estar hecho de arcilla, ser marrón, etc) que se asemejan a lo percibido. Y el intelecto, buddhi, atribuye estos conceptos al objeto percibido, determinando así su naturaleza y sus propiedades. Es la llamada "percepción determinada" (savikalpaka pratyaksa). Por último, el sentido del yo (ahamkara) relaciona el objeto con el individuo perceptor: "estoy viendo un jarro", "este jarro me gusta", este jarro es mío". Todas estas funciones de la mente son sucesivas, pero tan rápidas que el individuo las capta como un único proceso.
El intelecto, junto con los sentidos, constituye la envoltura de conocimiento discernidor.
Hemos visto ya que la ignorancia, en su doble aspecto individual y colectivo, es la "envoltura de felicidad" (anandamaya kosa) del atman. Es una substancia que aparentemente cubre la Consciencia Pura y nos impide conocerla. Ahora vemos otras dos envolturas del atman, a las que podemos llamar "envolturas psíquicas", porque están constituidas por esas facultades psíquicas que acabamos de describir. La más sutil  es la llamada "envoltura de conocimiento discernidor" o vijñanamaya kosa, constituida por el órgano interno  o mente cuando está realizando su función determinante, es decir por la buddhi. Pero la buddhi por si sola no puede determinar nada si no va acompañada de los sentidos que le proporcionan sensaciones sobre las cuales afirmar o negar algo.
En intelecto, al determinar la naturaleza de un objeto simultáneamente lo distingue (viveka) de los otros objetos. En el Vedanta, el intelecto, (vijñana, buddhi) es la facultad que lleva el peso de la práctica espiritual, porque es la única capaz de distinguir lo Real de lo irreal y de afirmar la identidad del alma, jiva, con el brahman.

 Comentario de Pandu:
Vemos como, en una paradoja más que define nuestra existencia, el intelecto es a la vez la barrera al conocimiento de lo Real y a su vez la principal herramienta de la que nos dotamos para emprender la práctica espiritual. Porque no es posible conocer o instalarse en brahman a través de nuestra psique o de nuestro conocimiento racional, pero esas herramientas sí nos ayudan a seguir una vía, espiritual, que favorece nuestra disposición a entrar en contacto con lo más sattvico, con brahman en última instancia.