Nadie es un extraño, el mundo y tu sois uno.

Insphirados nace bajo el amparo y la bendición de Pujya Swami Rameshwarananda Giri Maharaj, de cuya luz, entrega y sabiduría bebe este blog. Esta plataforma tiene como humilde pretensión ser un lugar de encuentro, de reflexión y de andadura para todos aquellos que bajo la inspiración de Swamiji han decidido ir en busca de la Verdad. Cada cual al ritmo de sus posibilidades, con mayor o menor acierto, con mayor o menor constancia. Todos son bienvenidos.

jueves, 24 de diciembre de 2015

En estas fechas del solsticio de invierno se encuentran dos símbolos. Por un lado el mensaje Crístico, por otro el cambio de año como oportunidad.
La figura de Jesús de Nazaret, yo diría, es una figura de consenso en su ejemplaridad. Tanto devotos como ateos, chapados a la antigua como modernos o postmodernos, conservadores o revolucionarios ven en ella un modelo a seguir. De ahí la fuerza y la permanencia del mensaje a través de los siglos y las circunstancias más diversas.
Es la imágen de la bondad radical.
Y esa bondad radical permite la redención. Incluso la de aquel "pecador que se arrepiente en el último minuto", porque ese arrepentimiento le permite "abrazar plenamente" esa bondad radical. Y ese es el gran abrazo que transforma.
En este punto enlazan ambos acontecimientos: la figura de Cristo y el cambio de año.
En estas fechas, habitualmente, tod@s recapitulamos. Nos hacemos propósitos y nos creemos durante estas fechas especiales, que seremos capaces de sostenerlos y mantenerlos. El iracundo se ve capaz de gesionar mejor su ira, el tímido de permitirse brillar con luz propia, el mentiroso de ser honesto y auténtico, el arrogante de ser humilde.
Desde estas páginas yo quisiera desearos a tod@s l@s que me leeis que tengáis el acierto y el coraje de convertir esos propósitos en permanentes y disfrutéis de un año deextraordinaria plenitud.

martes, 22 de diciembre de 2015

Un breve comentario sobre el texto anterior del Bhagavad Gita:

Arjuna es el capitán de los Pandavas, los hijos de Pandu. Se enfrenta a los Kurus, un clan perteneciente a su misma raiz familiar, en la batalla de Kurukshetra.
Arjuna le ha pedido a Krishna, Dios encarnado, que sea su áuriga y guíe su carro en la batalla, metafóricamente que lleve las riendas de su propio ser, el carro, en su lucha interior.
Y Arjuna, que es un inquieto devoto, quiere saber cómo reconocer (sólo se reconoce lo que se conoce) a un hombre sabio, dotado de visión divina. Es decir a un hombre liberado en vida.
Y pregunta cuales y cómo son sus palabras, de qué modo habla, pero pregunta también cuál es su silencio. Así que ya en la pregunta va implícito el silencio como un valor, como un elemento que Arjuna intuye debe distinguir al hombre de conocimiento.
Y en la respuesta de Krishna vemos uno tras otro tantos aspectos que introducen ruido en nuestras vidas, un ruido que nos aleja del Ser si no somos capaces de neutralizarlo. Vemos pues que para ascender en nuestro conocimiento del Ser una de las condiciones, necesaria e importante, es despojarnos de tantas cosas que nos sobran, que están impidiendo un silencio sereno, que nos distraen, que nos desarmonizan, que nos perturban.

Lo dejo aquí de momento, para retormarlo pronto. Es un texto de enorme peso y densidad.
Aquí va un fragmento extraordinario del Bhagavad Gita. En él, Arjuna pregunta a Krishna cuales son las características que posee un hombre sabio y obtiene una inigualable respuesta.

54. ¡Oh, Krishna! ¿Cuáles son los síntomas que permiten reconocer a un hombre sabio, dotado de visión divina? ¿De qué modo habla? ¿Cuál es su silencio? ¿Cómo actúa?

KRISHNA:
55. Cuando un hombre se libera de todos los deseos que anidaban en su corazón, y por la gracia de Dios encuentra la dicha divina, entonces su alma descansa definitivamente en paz.
56. El que no es perturbado por las penas ni anhela las alegrías, ya desapegado de los placeres y estando más allá de la pasión: éste es un sabio de mente equilibrada.
57. Quien no se regocija en la fortuna y los bienes, ni se apena en el infortunio o la enfermedad; aquél que donde quiera que esté está libre de ataduras, sin duda posee suprema sabiduría.
58. Quien, al igual que la tortuga, vierte su conciencia hacia dentro, replegando sus sentidos de atracción que ofrecen los placeres externos, éste posee ecuánime sabiduría.
59. Cuando un hombre repliega sus sentidos, los placeres desaparecen, pero no el deseo de tenerlos. Éste sólo desaparece cuando el alma ha obtenido visión de lo supremo.
60. La impetuosa voluptuosidad de los sentidos arrastra a la mente hacia las cosas externas, perturbando así a los hombres sabios, buscadores de la perfección.
61. Hay que retraer la conciencia de los sentidos y verterla en la armonía interior sentándose pues en meditación y con devoción, el alma encuentra descanso en Mí. Cuando los sentidos están en armonía, se obtiene serena sabiduría.
62. El apego surge del deleite en los placeres de los sentidos; del apego surge el deseo y del deseo, la lujuria y el ansia de posesión; y esto conduce a la pasión y a la ira.
63. La pasión turba a la mente y merma la memoria, haciéndonos olvidar nuestro deber. Esto acarrea la insensatez, y la insensatez lleva al hombre a la destrucción.
64. Pero el alma que a pesar de estar en el mundo de los sentidos, mantiene sus sentidos bajo control está libre de apego y descansa serena.
65. En esta paz mental, toda tristeza o sufrimiento desaparecen, pues esa paz es sabiduría y en ella el corazón encuentra sosiego.
66. Un hombre sin disciplina, jamás obtendrá sabiduría, ni tampoco contemplación. Sin contemplación no puede haber paz, y sin paz, ¿cómo puede haber gozo?
67. Pues cuando la mente vaga tras los placeres de los sentidos, la pasión perturba su sabiduría, igual que el viento empuja un cascarón sobre las aguas.
68. El hombre que aparta sus sentidos de los placeres externos obtiene serena sabiduría.
69. Cuando es noche para los demás seres, el hombre disciplinado despierta a la Luz. Y lo que es día para los demás seres, para el sabio que puede ver, es noche.
70. Al igual que todas las aguas fluyen hacia el océano, y no por eso el océano se desborda, el sabio, aunque le surjan deseos, permanece en unidad inquebrantable con su paz interior.
71. El hombre que abandona el orgullo de la posesión, libre del sentimiento del “yo” y de “lo mío”, alcanza la paz suprema.
72. Este es, oh Arjuna, el hombre que descansa en Brahman. Al reconocerle desaparece toda ilusión. Aunque esto ocurriese en el último momento de la vida de un hombre sobre esta tierra, éste puede alcanzar el Nirvana Supremo: este hombre encontrará paz en la unión con Dios.

domingo, 29 de noviembre de 2015


(Foto, Marcos Soria)
                         La belleza de los maestros en meditación, arrobados por el silencio.
                     Esta es una entrada que iré repitiendo, pues es la fuente de insphiración.
Un paso más en la exploración del Vedantasara

Definiciones de apavada, vikara y vivarta

Se llama negación, apavada, al conocimiento de que el mundo irreal (de la consciencia envuelta y condicionada por la ignorancia), que es una transformación ilusoria, vivarta, de lo Real, no sea más que lo Real, igual que una serpiente que es una transformación ilusoria de una cuerda no es más que esa cuerda.
En la superposición, de la que ya hablamos anteriormente, proyectamos una serpiente sobre lo que en realidad es una cuerda, quedándonos con la percepción de una serpiente. La negación, apavada, es lo contrario. Es ver que la serpiente aparente no es una serpiente, sino una cuerda. Es darse cuenta de que el mundo irreal, avastu, no es más que lo Real, vastu. Darse cuenta de que el mundo entero, es decir la ignorancia y sus derivados: el mundo sutil y el físico, no es distinto del brahman.
La negación de la superposición, pues, consiste en comprender que todo el universo relativo.
Para enmarcar conceptualmente este asunto conviene decir algo sobre la teoría de la causalidad en el pensamiento indio. En éste se han desarrollado diferentes teorías sobre la naturaleza de la causa material, upadana, y su relación con el efecto.
1)Asatkaryavada, según la cual el efecto es una substancia distinta de su causa material. Es una doctrina defendida por los vaisesikas y los budistas.
2)Satkaryavada, según la cual el efecto está contenido en su causa material. De esta teoría existen dos variantes:
2A. Parinamavada: el efecto es una modificación o manifestación real de la causa, como el jarro y la arcilla o el yogur y la leche.
2B. Vivartavada: el efecto es una apariencia ilusoria que se presenta sobre el sustrato de la causa, como la serpiente y la cuerda o la plata y el nácar. Esta es la teoría de la causalidad característica del Advaita Vedanta.

Se llama vikara al cambio real como transformación, como en el parinama recién mencionado. La substancia inicial abandona su naturaleza y adquiere otra distinta, como la leche que se transforma en yogur, y después no puede volver a ser leche.

Se llama vivarta al cambio irreal como transformación ilusoria. En este caso, la causa no pierde su naturaleza sino que adquiere otra falsa, como en el caso de la cuerda y la serpiente.

En la transformación real del brahman en el mundo aceptada por las upanisad, los brahmasutras y Ramanuja, no se produce una transformación de la naturaleza del brahman. Éste sigue siendo infinito e inmutable, a la vez que se manifiesta o se proyecta como el universo entero y todas las almas individuales.

Comentario de Pandu:
Si aceptáramos las teorías de la causalidad según la cual la substancia del efecto es diferente de la de la causa, nos encontraríamos en la incómoda posición de pensar que el brahman es cambiante, que se transforma. Y esto entraría en contradicción con las Escrituras, según las cuales el brahman es inmutable y todo lo contiene. Por tanto el Vedanta sostiene que el brahman permanece y todo lo contiene, aún cuando podamos tener una experiencia mundana de cambio o transformación.

sábado, 28 de noviembre de 2015

Seguimos con el Vedantasara

Los que conocen el Vedanta, es decir, los que han alcanzado el conocimiento directo del brahman propuesto en las upanisad, saben que su yo no es ninguno de estos objetos limitados, sino la Consciencia interior que los ilumina, que los hace manifestarse o aparecer. Negativamente, la experiencia es de desidentificación de todo lo relativo: yo no soy este individuo perecedero, impuro, inconsciente, esclavizado en samsara, la existencia mundana que, en realidad no existe. Positivamente, de identidad con lo Absoluto: yo soy consciente, buddha, puro, suddha, intemporal, nitya, libre, mukta, de toda dependencia, pues no hay nada dentro o fuera de mí que pueda condicionarme. Yo soy lo único Real, satya.


Comentario de Pandu:
Los que vivimos en el mundo condicionado nos acercamos a la vislumbre del Ser por este proceso en negativo. Vislumbramos el Ser por contraposición a nuestra experiencia de lo limitado, de lo imperfecto, de lo perecedero. Sí que es cierto que la práctica regular de la meditación nos permite puntualmente sentir una proximidad de algo más luminoso, inalterable y en calma. Pero accedemos a ello a través de la "decepción", de lo limitado de la experiencia mundana. Cuando nuestra experiencia del mundo nos coloca en esa "identificación platónica" que nos hace experimentar la realidad mundana como las sombras en la caverna, podemos atisbar una realidad que trasciende a esta experiencia. Podemos reflexionar sobre conceptos como buddha, consciencia, suddha, pureza o mukta, libertad, pero no las experimentamos en plenitud mientras vivimos una existencia condicionada. Nuestra conexión con esta experiencia es el anhelo que podamos poseer para alcanzarla.

domingo, 22 de noviembre de 2015

Siguiendo con el Vedantasara vamos a ver la refutación de las nueve teorías incorrectas sobre el atman

Dice Sadananda que ninguno de los citados en las nueve teorías erróneas sobre el atman es el yo, empezando por el hijo y acabando por el vacío. Y no lo son porque cada una de las falacias sobre las escrituras, el raciocinio y la experiencia son refutadas por:
- la incompatibilidad con los textos védicos fuertes, según los cuales el yo es interior, no tosco, sin ojos, sin aliento vital, sin mente, inactivo, la Consciencia, sólo Consciencia, lo Real.
- por el carácter transitorio de los objetos inconscientes desde el hijo hasta el vacío, que están iluminados por la Consciencia
- por la mayor fuerza de la experiencia del sabio de que "yo soy el brahman".

Desde el punto de vista de las escrituras sabemos que un texto es más fuerte que otro aplicado los "seis indicadores de sentido" que sirven para explicar la intención de un texto a pesar de sus aparentes incoherencias. Des este modo Sadananda enumera nueve características del yo extraídas de sendos textos upanisádicos más fuertes que contradicen los textos alegados por las teorías erróneas del yo. Contra la teroría de que el yo es el hijo afirma que el yo es interior, no un objeto externo. Contra la teoría de que es el cuerpo físico, afirma que no es tosco. Dice también que el yo "no tiene ojos ni oídos, ni manos ni pies". Así que no puede ser los órganos. Niega tanto que el yo tenga aliento vital como que tenga mente, manas. Dice que el yo es inactivo, contra los que afirman que el yo es buddhi, intelecto. Dice "Nadie me conoce. Soy la Consciencia eterna. Soy sólo Consciencia".  De manera que no puede ser la ignorancia ni consciencia mezclada con ignorancia. Por último, contra los que dicen que el yo es el vacío, dice que el yo es sat, lo Real; y afirma que es satya, la verdad.
Las escrituras son como una escalera, cuyos escalones son todos útiles y válidos, aunque haya que trascenderlos. Para cada persona hay un escalón más adecuado. Con esta refutación Sadananda lleva al lector de las teorías más toscas, como el hijo o el cuerpo físico, hacia las más sutiles, como la consciencia condicionada por la ignorancia o el vacío. Y un  paso más allá, hasta el atman verdadero, más sutil que lo más sutil. Todos los textos del Vedanta se refieren al brahman, directa o indirectamente, como pasos iniciales de una exposición gradual que culmina en el brahman supremo.
El segundo argumento de Sadananda dice que los candidatos a ser el yo de la persona no pueden serlo ya que son transitorios, y el yo verdadero debe ser eterno. Todos los entes limitados, por sutiles que sean, son objetos conocidos, no el sujeto conocedor. Los objetos aparecen al ser iluminados por la Consciencia. Esta en cambio, no necesita nada externo que la ilumine.
Si pensamos que el yo es un organismo que contiene todos esos yo parciales como una totalidad, ahí también es aplicable la objeción del Vedanta: este organismo entero, compuesto de realidades objetivas, también es un objeto percibido, no el perceptor. Es un robot inconsciente cuyo funcionamiento automático es aprehendido por el sujeto puro, el testigo, saksin, que es el verdadero yo. Éste es el argumento clave del Vedanta, y se trata, además, de una forma de meditar: yo no soy el cuerpo, los pranas, la mente, etc., sino el testigo de todos esos objetos. Soy el testigo de los tres estados de consciencia: percibo los objetos de la vigilia y los sueños y la ignorancia que oscurece el sueño profundo. Soy "el Cuarto", turiya, más allá de todos los estados mentales, más allá de todos los cuerpos y las envolturas, la Consciencia pura en que todos estos universos parecen existir. Por la meditación, esta visión de la realidad, inicialmente teórica, acaba volviéndose directa y espontánea. Entonces desaparece la ignorancia y el individuo se convierte en un sabio, alcanzando así la liberación de la ignorancia, el apego y el sufrimiento.


Comentario de Pandu:

A través de estas teorías erróneas llegamos a la vislumbre del atman explorando aquello que el atman no es, por la negación, y lo descubrimos en aquello que está en nosotros y en todo y en todos, que es testigo de todo lo parcial y transitorio. Y a ello se llega a través de la meditación, de la contemplación. Esta es la gran singularidad de esta vía de conocimiento.

viernes, 20 de noviembre de 2015

Un pasito más en el Vedantasara

El atman-brahman trasciende la dualidad sujeto-objeto. Pero el primer término apunta hacia lo adual desde la intimidad subjetiva y el segundo lo hace desde la objetividad onmiabarcante. Esa Realidad adual que es mi Yo más profundo (atman) es simulataneamente el fundamento último de la realidad (brahman).
Sadananda expone nueve teorías sobre el atman incorrectas desde el punto de vista del Vedanta. Cada una de ellas comete el error de confundir el atman con alguno de sus upadhis, condicionantes o "disfraces". Veámoslas.
1) El extremadamente simple dice que su hijo es su yo. Siempre que creemos que no somos la consciencia pura sino alguno de sus upadhis estamos alienados, enajenados. Cuanto más tosca es realidad con la que nos identificamos mayor es la alienación. Esta es máxima cuando nos identificamos con un objeto exterior a nuestra propia individualidad psicofísica, es decir, con otro ser como puede ser un hijo, un amante, o el qué dirán, las riquezas, un equipo de fútbol. Nuestra vida entera depende de esta realidad exterior. Hemos perdido nuestra libertad. Así vemos como, mientras querer a un hijo no tiene nada de malo, lo malo es el apego a este hijo, la excesiva dependencia.
2) El materialista dice que el cuerpo tosco es el yo. En general se puede aceptar que los seres humanos anteponemos la existencia de nuestro cuerpo físico a los demás objetos o personas.
3) Otros materialistas dicen que los órganos externos son el yo. En este caso se refiere tanto a los órganos del conocimiento como de la acción.
4) Otros materialistas dicen que el aliento vital, prana, es el yo. Cuando falta el aliento vital, es decir en la muerte, no funcionan los órganos externos ni el cuerpo físico.
5) Otros materialistas dicen que el manas es el yo. El manas es toda la mente a excepción del intelecto, buddhi, su capacidad determinadora. Las dos funciones principales del manas es la deliberación y la duda.
6) El budista por su parte dice que el intelecto, buddhi, es el yo; o sea el conocimiento discernidor, que determina. La sensación que tenemos de que experimentamos y hacemos cosas demostraría que nuestra esencia más íntima la constituye el intelecto, la facultad determinativa. Para los budistas en realidad no hay atman: la doctrina del no yo, anatmavada, según la cual no existe un yo substancia, es una de las doctrinas esenciales de casi todas las escuelas budistas.
7) El lógico dice que la ignorancia es el yo. El hecho de que la buddhi desaparezca durante el sueño profundo demuestra que no es el yo, ya que no es algo constante. Lo único constante parece ser la ignorancia, de la que surge el individuo en el ensueño y la vigilia.
8) Los bhatta, seguidores de Kumarila Bhatta, del siglo VII, dicen que el yo es la consciencia condicionada por la ignorancia. Según ellos el atman es a la vez consciente e inconsciente, el yo real es el yo empírico, que es tanto consciencia conocedora como ignorancia conocida, tanto sujeto como objeto.
9) Otros budistas dicen que el vacío, sunya, es el yo, dado que en el sueño profundo no hay nada. Para ellos la vacuidad, sunyata, de todas las cosas significa que todo carece de existencia propia. No hay nada que exista por sí mismo porque todo es condicionado. Para ellos, del silencio mental surge la sabiduría liberadora y con ella el desapego y la paz que busca el budismo.

En la próxima entrada veremos la refutación de estas nueve hipótesis.

domingo, 15 de noviembre de 2015

La Sadhana Intégrale selon Chandra Swami

Un poco más de Vedantasara

Vamos a recapitular lo dicho hasta ahora, respecto a los cuerpos causal, sutil y tosco.

1)El cuerpo causal está hecho de ignorancia, que es la envoltura de felicidad y el estado de sueño profundo. Al brahman condicionado por el cuerpo causal colectivo se le llama Isvara o Dios; al brahman condicionado por los cuerpos causales individuales se le llama las almas o prajñas.

2)El cuerpo sutil es el estado de sueño con ensueños, y está formado de diecisiete partes: cinco sentidos, cinco facultades de acción, el manas, el intelecto y los cinco alientos vitales. Todas ellas se agrupan en tres envolturas: la intelectual, la del manas y la vital. Al brahman condicionado por el cuerpo sutil colectivo se le llama Hiranyagarbha. Al brahman condicionado por los cuerpos sutiles individuales se le llama taijasas.

3)El cuerpo tosco es el estado de vigilia y la envoltura de alimento, y está hecho de los cinco elementos quintuplicados. Al brahman condicionado por el cuerpo tosco colectivo se le llama Vaisvanara. Al brahman condicionado por los cuerpos toscos individuales se le llama los visvas.

El "cuarto", turiya, estado de consciencia es el puro brahman incondicionado que, en realidad no es un estado más, sino la Consciencia que subyace a los tres estados relativos y los trasciende infinitamente.

En nuestra experiencia establecemos incorrectamente  algún tipo de relación entre el brahman y el mundo, limitando de este mundo lo ilimitado. No podemos pensar, sentir o percibir el brahman; cuando lo hacemos, lo perdemos.

La frase "todo estos es, en verdad, el brahman" no se refiere al brahman con atributos sino al nirguna brahman como la única Realidad que hay tras esa apariencia múltiple que llamamos mundo, y también tras sus supuestos habitantes, las almas individuales, y Dios, la causa primera que se postula a partir de él.
Lo que llamamos el mundo (jagat), las almas (jivas), y Dios (Isvara) no es más que la triple apariencia de la Consciencia Pura (suddha) e incondicionada (anupahita), que es lo único que existe: éste es el significado del mahavakya (gran frase) sarvam khalvidam brahma.

domingo, 8 de noviembre de 2015

Un nuevo paso en el Vedantasara

En el estado de vigilia, el alma y Dios - llamados cuando están despiertos visva i Viraj respectivamente - experimentan los objetos toscos. Cuando están en sueño profundo - como prajña e Isvara - sólo experimentan la felicidad del atman, que se trasluce en la ignorancia inmanifestada. Cuando están soñando -como taijasa y Hiranyagarbha - sólo experimentan objetos sutiles.
Es cierto que en la vigilia aprehendemos objetos físicos, sensibles, y también objetos mentales (sutiles) - sentimientos, ideas.... - . Lo que sucede es que los procesos psíquicos de la vigilia se refieren normalmente a los objetos físicos, toscos. Por ejemplo: puedo tener miedo a los perros. El miedo es una vrtti o modificación mental, pero su referente, los perros, son objetos físicos. Por eso se dice que los objetos experimentados por las almas individuales y la universal en este estado, son toscos. Las modificaciones mentales del estado de vigilia giran en torno al mundo de los objetos sensibles, percibidos, al contrario de lo que sucede en el soñar, cuyo mundo es puramente mental.

Los "estados de consciencia" de Dios son metafóricos. Su dormir es el estado de latencia del universo. Su vigilia significa el estado manifiesto del universo. Su "soñar" es la situación intermedia entre la manifestación y lo inmanifestado en las épocas de creación y disolución del universo.

La experiencia de un ser vivo en el estado de vigilia consta de tres elementos: los objetos que percibe por medio de los sentidos, sus propias acciones y los procesos mentales. El sujeto recibe la información exterior por medio de los sentidos, la elabora por medio de la mente y reacciona ante ella a través de sus facultades de acción. Por tanto la experiencia no es sólo una recepción pasiva por parte del sujeto sino también una actividad de procesamiento y de intervención en el medio.


Comentario de Pandu:
Todo está contenido en esos tres estados: la vigilia en relación al mundo tosco, los procesos mentales que andan a caballo entre el mundo tosco y el mundo sutil. Y ese "dormir" subyacente de Dios que escapa a cualquier percepción a medida humana y deviene gozo de la Realidad absoluta inmanifestada.

sábado, 7 de noviembre de 2015

Hecha ya esta pequeña propuesta de proyecto a compartir, seguimos avanzando en el Vedantasara

La reflexión sobre los diferentes estados de consciencia es una especialidad de parte del pensamiento indio que se inició ya en las upanisad. Buscando la Realidad absoluta concluyeron que debía tratarse de algo que no cambiara en ninguna circunstancia, incluidos los distintos estados de consciencia. Y lo único que parecía estar presente en todos ellos era el atman, el sujeto puro, testigo de los tres estados. Pues los objetos físicos sólo estaban presentes en la vigilia, y los objetos mentales, en la vigilia y al soñar; en el sueño profundo, sin embargo, no había objetos, pero permanecía presente, igual que en los otros dos estados, el sujeto autoluminoso e inmutable. Luego este sujeto, el atman, era el brahman, lo Absoluto. El análisis de los tres estados es una de las formas de reflexión y meditación más empleadas en el Vedanta y una de las que se consideran más eficaces para llevar al buscador a la comprensión o descubrimiento de su propio Ser, lo Infinito.

Comentario de Pandu:
estas frases  me parecen de suma importancia.Cuando uno se adentra, por poco que sea como es mi caso, en la vivencia del Vedanta como forma de vida y de ver la realidad y la Realidad, uno parece ir adquiriendo cierta capacidad para discernir qué es, o qué se encuentra en cada estado. Dado que la meditación no consiste en la práctica formal de "sentarse a meditar", que también, sino que es un estado de atención que uno puede y debe mantener permanentemente, uno puede acabar identificando con relativa claridad donde se encuentra en cada momento, en qué esfera y en qué nivel de consciencia.  Podemos distinguir cuando estamos impregnados del mundo tosco, incluso del más tosco de los mundos toscos, y cuando nuestra consciencia adquiere cierta sutileza. Y podemos vivir con ambas realidades. Lo importante es empezar a ser capaz de saber que cuando navegamos por el mundo más tosco de la vigilia y lo físico, no podemos levantar el vuelo, en un sentido más o menos espiritual. Y que cuando pretendemos ser, con toda la modestia, pequeños buscadores de la Realidad, no podemos encontrarla en los niveles más sujetos a pasiones, deseos, ambición, etc. En este plano se desarrolla necesariamente una buena parte de nuestra vida, pero a este nivel de consciencia no podemos pedirle lo que no tiene.
Para gozar de algún vislumbre de lo Real debemos estar envueltos por la quietud y el silencio. Y para que ello ocurra debemos dotarnos de tiempos y espacios de aquietamiento.

viernes, 6 de noviembre de 2015


(Foto, Marcos Soria)
                         La belleza de los maestros en meditación, arrobados por el silencio.
                     Esta es una entrada que iré repitiendo, pues es la fuente de insphiración.

jueves, 5 de noviembre de 2015

Querid@s amig@s

Hoy introduzco una nueva inciativa en este blog. Tengo la voluntad y la idea de formar un grupo compuesto por personas con inquietudes para compartir propuestas y proyectos. A continuación podéis ver el enfoque que le he dado al tema. Agradecería enormemente dos cosas:
  • que si alguien se siente llamado a tan altos destinos me lo haga saber ;-)
  • que me enviéis opiniones y críticas sobre el texto que someto a vuestra consideración.

Nombre del grupo: Eppur si muove?

Relato:
La realidad socioeconómica que nos toca vivir a todos está generando unas circunstancias y condiciones posiblemente inéditas. Por una parte existe una población joven mejor preparada que nunca antes,  dotada de enormes competencias y con una gran capacidad para protagonizar el presente y el futuro. Por otra parte, y como consecuencia de la precarización de la situación laboral de muchas y muchos, existe también un sector nada despreciable de la población poseedor de talento y experiencia que queda al márgen de una realidad en la que debiera tener un papel relevante. Ante una situación como ésta, las actitudes son diversas, yendo desde el nihilismo y la pasividad de quien se ve incapaz de luchar por ocupar su espacio, hasta la generación continuada de iniciativas fruto de la inquietud de quien sí se ve capaz de incidir en la realidad. A este segundo sector va dirigida nuestra propuesta.
Dadas estas premisas nuestra pretensión es establecer un lugar físico y virtual de encuentro, de una máxima transversalidad competencial, profesional y social para quien quiera poner en común inquietudes e iniciativas. Se trata de pensar en positivo y en clave de generosidad. De generosidad por cuanto aquí se viene a compartir y por cuanto la misma naturaleza del grupo excluye la posibilidad de pensar en propuestas egoistas.
De ese experimento que queremos poner en marcha tampoco hay un resultado cierto. No se trata más que de hacer palpitar una voluntad y una idea, de nadie en concreto, pero de todos a la vez, y ver si de ese pálpito nace un proyecto que adquiera forma. Ni más ni menos.

Defensa de valores:
El mínimo común denominador que debería aglutinar a los que nos reunamos ha de ser la defensa de unos valores, es decir, la apuesta por un marco ideológico que de cabida a una enorme variedad de iniciativas que sin embargo se incardinen en una determinada concepción del mundo donde prime
La solidaridad, la generosidad, el inegoismo, la honestidad, el compromiso, la lealtad, la tolerancia, el respeto, la excelencia

Objetivos:
Definir por lo menos dos proyectos en el primer año susceptibles de llevarse a cabo. En este marco no hay reglas, nadie tiene que apuntarse a un proyecto, uno puede formar parte de más de un proyecto. El objetivo principal es generar una dinámica que inspire a cuantos formemos parte del grupo.

Local de reunión: Casa Elizalde?

Periodicidad de los encuentros: Uno al mes

Muchas gracias por leer ymás gracias si contribuís.

lunes, 2 de noviembre de 2015

Más Vedantasara

Cuerpo tosco colectivo e individual
Como ya pasaba cuando hablábamos del mundo sutil, en el ámbito tosco de la existencia relativa podemos distinguir entre individualidad y aspecto colectivo. Si nos fijamos por separado en los distintos cuerpos toscos, lo que vemos son individuos, mientras que si los contemplamos unitariamente vemos una totalidad, un agregado físico que es el cuerpo tosco colectivo o mundo tosco. Vale aquí, como en el mundo sutil, la comparación entre el bosque y los árboles.
A la Consciencia condicionada por el agregado tosco se la llama "el hombre universal", Vaisvanara, el que se manifiesta diversamente.
Hablábamos de la Consciencia y de la Consciencia condicionada por la ignorancia colectiva, a la que llamamos Isvara. Y al referirla al mundo sutil hablábamos del "sueño de Dios". Ahora refiriéndonos al mundo tosco hablaremos de Dios en estado de vigilia.
Al ser identificada incorrectamente con todo el universo físico, la Consciencia parece manifestarse como todos los cuerpos toscos que lo componen. Pero en realidad, aunque sea cierto que el universo físico no existe aparte de la Consciencia, ésta no se manifiesta de ninguna manera, pues no realiza ninguna acción, creativa, emanativa o de cualquier otra clase, ya que es inmutable.
La Consciencia concebida erróneamente como creadora del universo general es lo que llamamos Isvara; y como creadora del universo físico en particular es el Vaisvanara del que estamos hablando.
El mundo tosco es el cuerpo tosco de Dios. A la Consciencia condicionada por los individuos del mundo tosco se la llama visva, "el de todos".
Como hemos visto, en el sueño profundo el atman solo se trasluce en el cuerpo causal; en el sueño con ensueños, lo distorsiona el cuerpo sutil; y en la vigilia se ve condicionado tanto por el cuerpo sutil como por el cuerpo físico.
Al soñar sólo está activa la mente, que crea el mundo del sueño. En la vigilia por el contrario, tanto el cuerpo como la mente están activos.



Comentario de Pandu:

Como siempre, lo único que Existe, con mayúsculas, es la consciencia inmanifestada e inmutable. Cuanto más condicionada está la Consciencia por la ignorancia, más se despliega en una manifestación que va de lo más sutil a lo más tosco. Lo real es lo que solamente Es. Por tanto, abrirse a ello, pasa por soltar todo aquello que signifique ruido y movimiento, ya sean éstos "espirituales", mentales o físicos.  Sólo un silencio tan contundente que no puede siquiera percibirse nos acerca a vislumbrar el Ser.
Después de unos cuantos días de ausencia, reemprendo la exploración del Vedantasara

Contenido del mundo tosco.
El mundo de los elementos toscos, el mundo que vivimos, nace del proceso de quintuplicación. En ese momento, en el éter se manifiesta el sonido; en el aire, el sonido y el contacto; en el fuego, el sonido el contacto y la forma; en el agua, el sonido, el contacto, la forma y el sabor; y en la tierra, el sonido, el contacto, la forma, el sabor y el olor.
Los cuerpos toscos están hechos de los cinco elementos sutiles y, en consecuencia, poseen las cinco cualidades sensibles.
Los elementos quintuplicados componen el universo físico, llamado el brahmanda, el "huevo de brahma", que es configurado por Brahma al comienzo de cada ciclo cósmico. Está dividido en catorce regiones, planos o lokas horizontales con forma de disco situados uno encima del otro.
Los siete mundos superiores son:
1. Bhurloka, el plano terrestre, también llamado mundo de los humanos, manusyaloka. Es la región central que divide el universo en superior e inferior.
2. Bhuverloka, o región atmosférica. Es el mundo de los antepasados, pitrloka, llamado en los Vedas el espacio intermedio. A este plano y los superiores llegan quienes han realizado acciones correctas, karman.
3. Svarloka, mundo celestial. La morada de Indra, rey de los dioses. También llamado en las Upanisad devaloka, mundo de los dioses.
4. Maharloka 5. Janaloka y 6. Tapoloka, son mundos poblados por diferentes clases de santos y deidades.
7. Brahmaloka, mundo de Brahma, o satyaloka, mundo de la verdad, en el que vive Brahma junto con los que han adorado al Dios personal, saguna brahman, y ya no van a volver a reencarnarse sino que, a final del ciclo, van a alcanzar la liberación.
Las regiones inferiores, situadas bajo el plano terrestre, se llaman en conjunto patala. Están pobladas por distintas clases de seres, como los nagas u hombres serpiente o los yaksas, espíritus de la vegetación. Estas regiones no deben confundirse con el infierno, naraka, al que van quienes cometen acciones prohibidas. Están descritas como mundos maravillosos, llenos de placeres y bellezas.
Existe un ascenso espiritual, que requiere que se recorran todos los mundos, todos los niveles de la existencia relativa hasta llegar a la última, para desde allí dar el salto a lo que está al margen de todos los procesos y todas las gradaciones.

Comentario de Pandu:
el Vedanta entiende que se llega a la liberación pasando por todos los aspectos de la vida: Las posesiones, la belleza, los placeres no son "malos en sí", pero a la liberación se llega desprendiéndose de ellos, se llega dejando ir todo aquello que nos ata al mundo tosco para residir en la Esencia más perenne, no sujeta a los sentidos ni a la percepción coyuntural. Solo Ser.

sábado, 10 de octubre de 2015

Pasada la resaca electoral, damos un pasito más en la exploración del Vedantasara

A la Consciencia condicionada por el mundo sutil y sus individuos se la llama "el brillante", taijasa. Se la llama así porque su condicionante es el cuerpo sutil, del que forma parte el luminoso órgano interno, o mente. Taijasa es el alma individual, jiva, cuando sueña.
El cuerpo sutil reside en el estado de sueño y está constituido por las impresiones, vasanas, del estado de vigilia, jagrat. Es el lugar de disolución del cuerpo tosco, porque mientras soñamos no somos conscientes de nuestro cuerpo físico, que está reposando, y sólo vivimos en el mundo mental, sin que funcionen los sentidos ni las facultades de la acción. El cuerpo sutil es del jiva, el alma, y el mundo sutil es de Isvara o Dios. Cada cuerpo sutil es tan sólo una parte del mundo sutil y, por eso, tiene la misma naturaleza que éste. El mundo sutil está formado por la totalidad de los cuerpos sutiles, pero formando un sistema orgánico, lo que le otorga cualidades diferenciadas a las de los cuerpos sutiles individuales.
El alma y "el brillante", taijasa, experimentan objetos sutiles por medio de modificaciones mentales. En el sueño con ensueño se experimentan objetos sutiles mediante modificaciones, vrttis, mentales. A diferencia del caso de la percepción, en que estos vrttis "recubren" un objeto externo, en este caso se trata de vrttis procedentes directamente de las vasanas o impresiones latentes dejadas por las experiencias pasadas, es decir, el inconsciente.
Eso se puede aplicar tanto al taijasa, es decir, al jiva o alma individual en el estado de sueño con ensueños, como a Hiranyagarbha, es decir, Dios, Isvara, soñando.
Este "sueño de Dios" hay que entenderlo metafóricamente. El estado de sueño profundo de Dios significa el estado de disolución del universo; su estado de vigilia significa la creación tosca. El estado de sueño con ensueños es un estado intermedio entre la disolución y la creación, un estado de transición sutil entre la ignorancia inmanifestada y la manifestación del universo físico. En él sólo existen las vasanas o tendencias latentes que darán lugar al cosmos perceptible por los sentidos.
Como se lee en Brhadaranyaka Upanisad

     cuando duerme se lleva el material del mundo entero, lo desmonta y lo reconstruye. Él sueña...            con su propia luz... Allí no hay carros, no hay caballos, no hay caminos; pero él crea los carros            los caballos y los caminos... las alegrías... y los ríos, porque es un creador.

Comentario de Pandu:
en este framento podemos observar una vez más el paralelismo entre la experiencia de jiva, del alma individual, y la experiencia divina, en este caso de Isvara o Dios con atributos. Tanto individualmente como en esa unidad en Dios existe un plano sutil de la existencia en la que el cuerpo tosco se disuelve. Individualmente eso nos ocurre cada noche, mientras descansamos, en el sueño con ensueños. Cada noche deconstruimos la realidad tosca en la que hemos permanecido en vigilia para forjar una realidad sutil formada por las impresiones que la vigilia nos ha dejado de forma inconsciente.


martes, 29 de septiembre de 2015

Hoy una cuestión más personal

Anteayer hubo elecciones en Catalunya. Unas elecciones precedidas por una campaña tansa, cargada de hostilidad y amenazas, todo eso enmarcado en un largo periodo en el que, a mi parecer, un sector de la sociedad intenta deslegitimar una forma libre de pensar.
En este caldo de cultivo, he intentado aplicar alguno de los conocimientos que creo haber adquirido a fuerza de lecturas como el Vedantasara.
He procurado discernir entre las propuestas y los valores que enarbolaban las distintas formaciones para identificar aquellos que se anclan en ideas de mayor recorrido o permanencia y aquellas que me resultan más coyunturales. Es posible que me haya equivocado, pero sinceramente, creo que mi ejercicio ha sido honesto.
Esto me ha llevado a priorizar cuestiones como

  • la libre autodeterminación de los pueblos
  • la voluntad de apartar la corrupción y las malas praxis en la gestión política
  • la solidaridad profunda, mucho más cercana a la justicia que a la caridad, con los más desfavorecido o precarizados por la coyuntura
  • la intrepidez para tomar decisiones en libertad
  • la renuncia a cualquier tipo de xenofobia, machismo, violencia activa o pasiva de género
  • la consideración de que la globalización, lejos de suponer un mercado global, nos lleva a la realidad de una "familia" global en la que podemos sentirnos hermanos
Con mayor o menor acierto he considerado estos factores como algo que quiero para mí mismo, y como algo que quiero instalado en mi vida de forma durable.

El domingo voté con el corazón alegre y cargado de esperanza, más allá de cualquier turbulencia coyuntural.

sábado, 26 de septiembre de 2015

Un pasito más en el Vedantasara

Hiranyagarbha es el atman condicionado por el mundo sutil. El mundo sutil es su condicionante, upadhi. Se le llama cuerpo sutil colectivo, suksma sarira, por ser más sutil que el mundo tosco, sthula prapañca. Y, como se ha dicho, consta de tres envolturas, intelectual, de manas y vital.
Igual que en un individuo las impresiones, vasanas, del estado de vigilia adoptan la forma sutil del soñar, svapna, en la realidad cósmica, cuando termina una época de manifestación, las impresiones dejadas por el universo permanecen latentes en el mundo sutil y son las semillas que dan lugar al siguiente ciclo creativo. Este mundo sutil es, metafóricamente hablando, el soñar de Dios o Hiranyagarbha. Al finalizar la manifestación, el mundo tosco se reabsorbe en el mundo sutil y éste en la ignorancia. Este ciclo de disolución y manifestación cósmica no tiene ni comienzo ni fin. Es la concepción cíclica del tiempo y del universo del pensamiento hindú.
El término vasana designa una impresión dejada en la mente por una experiencia, activa o pasiva, anterior. Pero no es sólo una impresión del pasado, sino también una tendencia a actuar en el presente. Es una tendencia latente que, cuando las circunstancias lo favorecen, se activa en forma de deseo, que da lugar a una acción y, por tanto, a una nueva experiencia.
El ciclo completo del samsara, la existencia mundana, consta de los siguientes elementos: impresión inconsciente, samskara, que da lugar a una tendencia latente, vasana, que da lugar a un deseo, kama, que da lugar a una acción, karman, que da lugar a una experiencia de placer o dolor, sukha/duhkha, que da lugar a una nueva impresión inconsciente, y así sucesivamente. El soñar es una manifestación puramente sutil, mental, de las impresiones y tendencias inconscientes procedentes de las experiencias de la vigilia. Del mismo modo, el soñar de Isvara, el Señor, es el lugar en que se disuelve el mundo físico y se conservan sus impresiones sutiles tras su disolución, y que da, posteriormente inicio a una nueva creación física.
La realidad macrocósmica y microcósmica, pues, constan de elementos semejantes y tienen ambas un carácter cíclico. La diferencia es que los ciclos del universo no tienen ni comienzo ni fin, mientras que los ciclos individuales, que tampoco tienen comienzo, sí tienen fin, cuando el conocimiento del brahman destruye la ignorancia que es la base de la existencia individual. Entonces el individuo deja de reencarnarse y abandona para siempre la existencia cíclica.

Comentario de Pandu:
Así pues, por un lado brahman, impensable y no manifestado. Por otra parte, Isavara, Dios con atributos, que sueña y preside el cosmos. Un cosmos que cíclicamente, pasa de la manifestación física a su disolución en una esfera sutil que configura este sueño divino. Y como casi siempre, este paralelismo entre lo macro y lo micro, y entre lo individual y lo colectivo. En este "caldo" se desenvuelve el individuo, emulando estos ciclos cósmicos a la espera de su conocimiento y disolución en brahman. Mientras, el individuo acumula experiencias en su relación con el mundo físico, en el estado de vigilia. Estas experiencias se integran en el cuerpo sutil durante el sueño y son semillas latentes a la espera del nuevo día en el que se manifestarán de nuevo. En mi opinión es en este sentido que se habla de este soñarde Dios respecto al universo. Todas las manifestaciones físicas se transforman en potencialidades latentes para un nuevo ciclo. Es como si este sueño de Dios se produzca entre una y otra era cósmica. Y me pregunto por qué una explicación poética de la realidad debería tener menos valor que una tradicional explicación científica.

viernes, 25 de septiembre de 2015

Seguimos en el Vedantasara, explorando el cuerpo sutil

Cuerpo sutil colectivo e individual

En entradas anteriores, al referirnos a la ignorancia, establecíamos una distinción entre ignorancia individual e ignorancia colectiva. También ahora, si nos referimos al cuerpo sutil entero, al ser concebido como uno, se nos aparece como un bosque. Si lo concebimos como múltiple se nos aparece como los árboles, como una colección de individuos.
En efecto, hay muchos cuerpos sutiles. Si los aprehendemos uno a uno, vemos una multiplicidad de cuerpos sutiles individuales, vyasti. Si los aprehendemos juntos, en una única cognición, buddhi, los vemos como un único cuerpo sutil colectivo, samasti.
A la Consciencia condicionada por el agregado sutil se la llama alma-hilo, embrión de oro o aliento vital; posee las capacidades de conocer, desear y actuar.  Igual que un hilo atraviesa todas las cuentas de un collar, la Consciencia atraviesa todos los cuerpos sutiles y los une formando el cuerpo sutil colectivo. El mundo sutil es lo primero que emana de la ignorancia, y de él sale posteriormente, como veremos en posteriores entradas, el mundo tosco. La Consciencia condicionada por el mundo sutil es la Consciencia que ilumina, es decir, que hace aparecer el mundo, del que es la causa.
Isvara es la Consciencia condicionada por la Ignorancia. No es, pues, una realidad creadora, porque sólo proyecta la ignorancia inmanifestada o latente. Pero la misma Consciencia, en cuanto vinculada a la creación sutil, es Dios como creador del universo.
Isvara es la Consciencia asociada al sueño profundo o disolución del universo. En la disolución del universo sólo está presente la ignorancia. En la creación sutil están presentes la ignorancia y su despliegue sutil. En la creación tosca están presentes la ignorancia, su manifestación sutil y su manifestación física. Los tres estados cósmicos están iluminados por la Consciencia condicionada a la que, en conjunto, se puede llamar Isvara.
En ese paso de lo individual a lo colectivo, hay que tener presente que el todo es más que la suma de sus partes. Es decir, que adquiere propiedades nuevas, distintas de las que caracterizan a las partes que lo componen. Luego es perfectamente posible que un organismo como el mundo sutil posea características - omnipresencia, omnisciencia, et. - ausentes en las partes, los individuos sutiles, que lo componen.
El nirguna brahman, sin cualidades, es el absoluto supremo; Isvara, el brahmanhi9 asociado a la ignorancia, es un segundo nivel; un tercer nivel es el brahman asociado al mundo sutil, hiranyagarbha; un cuarto nivel de brahman es viraj, la Consciencia condicionada por el mundo físico. Los tres niveles inferiores no son más que apariencias ilusorias del primero, la Realidad absoluta, sat.

Comentario de Pandu:
como siempre transitamos por esta concepción de la realidad que va, de lo inmanifestado, impensable e inmutable, hasta la realidad más física, contaminada y cambiante en la que estamos instalados. Por otra parte, vemos como hay cualidades o capacidades que pueden ser consideradas como individuales o colectivas. El paso de lo individual a lo colectivo añade propiedades, ya que sus cualidades dejan de estar sujetas a un individuo instalado en el mundo físico para formar parte de una esfera ideal, más armónica y menos cambiante.

jueves, 24 de septiembre de 2015


(Foto, Marcos Soria)
                         La belleza de los maestros en meditación, arrobados por el silencio.
                     Esta es una entrada que iré repitiendo, pues es la fuente de insphiración.
Seguimos explorando el Vedantasara

Las tres envolturas del cuerpo sutil.
En cada una de las tres envolturas del cuerpo sutil predomina un poder o capacidad, sakti.
La envoltura más sutil es la intelectual, y es la que tiene la capacidad de conocer, jñana sakti. Dirige el organismo por ser la que se encuentra más próxima a la Consciencia Pura. Esta envoltura es el jiva o alma individual, el centro de la individualidad, del que nacen todas las iniciativas y al que llegan todas las experiencias para ser conocidas definidamente.
Una segunda envoltura es el manas, que tiene la capacidad de desear, iccha sakti. Es el instrumento, karana, del intelecto, que es el agente, kartr. Porque el intelecto sólo puede conocer el objeto percibido por los sentidos cuando el manas coordina las sensaciones y se las presenta al intelecto bajo la forma de un objeto indeterminado.
La tercera envoltura es la vital. Tiene la capacidad de actuar y es el efecto. La envoltura vital, pranamaya kosa, tiene la capacidad de actuar, kriya sakti, sobre el cuerpo físico, que es incapaz de actuar sin la ayuda de los alientos vitales y las facultades de acción. La actividad de la envoltura vital es el efecto, karya, de la acción desencadenada por el agente, que es el intelecto. El conocimiento determinado por el intelecto pone en marcha el deseo, es decir el manas, y éste moviliza los pranas y las facultades de acción para que el cuerpo físico actúe.
A estas tres envolturas juntas las llamamos cuerpo sutil.
El cuerpo sutil, suksma sarira, es el que acompaña al alma individual, jiva, en sus reencarnaciones. De hecho es el cuerpo sutil el que reencarna, ya que el jiva tan sólo es el reflejo o imagen distorsionada de la Consciencia Pura del intelecto.
Hay una explicación metafórica muy clara y poética:
"Sabe que el atman está en una carroza y que el cuerpo es la carroza. Sabe que el intelecto, buddhi, es el conductor y el manas las riendas. Dicen que los sentidos y facultades de acción, indriyas, son los caballos, y sus objetos, los caminos que recorren."
 El atman no hace nada. Tan sólo es testigo, saksin, de lo que ocurre dentro y fuera del individuo.

Comentario de Pandu:
Como siempre, vemos este "orden jerárquico que va de lo más tosco a lo más sutil, o al revés. Cuanto más sutil es una cualidad, menos movimiento tiene, más idéntica a sí misma permanece. Se halla por tanto, más en la "esfera espiritual", donde no hay roce con lo mundano. Es el yo que observa, que es testigo, capaz de discernimiento. Esa parte más sutil "delega" su comunicación con el cuerpo físico a una envoltura intermedia, el manas o el deseo. En la esfera del manas se dan ya variaciones profundas en función de la coyuntura. Puedo desear algo hoy, pero no mañana. Finalmente un tercer nivel pone en marcha, desencadena la acción del cuerpo físico, que se roza con el mundo, que es mutable y mortal.

jueves, 17 de septiembre de 2015

Este pasado lunes asistí a un encuentro mensual que lleva el título genérico de Caminando. Desde aquí, muchas gracias Marta Schröder, a tí y a todo el grupo que comparte esos momentos.
En esta ocasión partíamos de la posible distinción entre "presente" y "ahora", e intentábamos ver si son conceptos idénticos o no, en cuyo caso veíamos donde radica la diferencia en la percepción que tenemos de ellos.
Este camino de investigación nos llevó a trabajar sobre una metáfora, una analogía en la que aparecen una pantalla, una proyección y un "yo" como espectador. Las metáforas son prácticas, son útiles para seguir una línea de exploración. Pero al utilizarlas corremos el riesgo de forzar las analogías para apropiarnos de la realidad. Tendemos a identificar objetos y aspectos para hacerlos encajar en la visión de conjunto que queremos construir.
Consciente de ello, propondría solo unas pinceladas en las que coincidimos todos los presentes. Coincidimos en que la pantalla es lo inmutable, está siempre y es idéntica a si misma independientemente de cualquier circunstancia.
Por otra parte hay una película, que proyecta un proyector sobre la pantalla. Esta película es una ficción sujeta a un guión.
Y existe también un espectador, un espectador que tiende a identificarse con la película, a vivir esa ficción y, de alguna forma, a hacerla suya.
Podríamos forzar las lecturas y pensar qué es el proyector, qué es la lente, qué es la cinta física de celuloide, etc. Pero posiblemente eso nos alejaría de la claridad en la visión que queremos identificar.
Visto esto, convinimos también que el presente forma parte de una secuencia, de una secuencia que conecta pasado y futuro. Hoy me escribía Marta, el presente se puede vivir. Por tanto el presente es mutable, implica movimiento, tiene principio (el fin del pasado) y final (el comienzo del futuro). Forma parte de la proyección y de esa vivencia del "yo"espectador.
El ahora, es. No tiene principio ni fin. Simplemente, es. Y, como también hoy me escribía Marta, el ahora sólo se puede ser. El ahora es "el reino de la pantalla", que preexiste a cualquier proyección. No la afecta la calidad de la película, o que el cine esté lleno o vacío. Es inmutable e idéntica. Es quietud.
Hoy pensaba que de hecho muchas lenguas ya nos explican esa característica del presente como nexo continuo entre pasado y futuro. Sin ir más lejos, el inglés lo define como "present continuous". O la forma francesa de "en train de..." como presente. En el presente nos desplegamos. El ahora es, como mucho, un latido.
El presente, lo que tiene principio, se da en nuestra mente, porque nuestra mente necesita poner límites. María, compañera del grupo, hablaba de "disfrutar del presente". Y, claro, disfrutar del presente hace necesaria la parcialidad, elegir y apropiarnos de lo mejor de ese espacio de tiempo.
Creo recordar que era Facundo Cabral quien, en una de sus magistrales introducciones a una canción, decía: "En el principio, no hubo principio". Las últimas aportaciones de la física cuántica apuntan a eso. El universo no sería fruto de una singularidad infinitamente densa que explosionó en un Big Bang, dando por inaugurado el universo y el tiempo. Más bien propuestas recientes apuestan por un universo que siempre existió, como la pantalla.
Nuestra Torre de Babel sigue intentando reducir la Verdad a algo antropomórfico. El reto es dejar de luchar y trascender ese combate.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Facundo Cabral No soy de aquí, ni soy de allá





Hacía tiempo que quería hacer transitar por este Blog al gran Facundo Cabral, maestro de vida.

Piel de gallina ante una sensibilidad como la suya.

sábado, 5 de septiembre de 2015

Reproduzco a continuación un brevísimo texto que surgió en unos días de soledad fecunda en la montaña. Es algo íntimo y me desnuda un poco. Lo siento muy dentro.

Yo no soy. Eso posiblemente es.

Mientras permanezco intentando crearme un escaparate identitario no dejo de forjar condicionamiento. Un condicionamiento que me limita, que marca fronteras y territorios en lo intelectual, lo afectivo y lo moral. Un condicionamiento que consigue parcelar la presencia de Eso, impidiendo que se manifieste en mí. Y sin embargo vivo ese condicionamiento como un ámbito de seguridad. Por qué esa paradoja?

Del trabajo de dar respuesta a esta pregunta depende, ni más ni menos, que mi libertad. En un nivel de realidad en el que asuma que todo aquello que me pone un "yo" o un "mio" no es sino una cadena que me esclaviza. Ser libre no es tanto querer ser como "participar del Ser", de ese ser Eso.

Sólo aceptando eso plenamente estoy en condiciones de quererme, quererme incondicionalmente, porque no quiero condicionarme. Ya no quiero.

Es entonces importante cuidar ese espacio en el que Eso se da, y no dejar que lo enturbien condicionamientos pequeños y miserables. Nada es bueno o malo. Lo que es, es, y está bien.

Lo que es, es simple. El condicionamiento convierte esa manifestación de lo que es en algo tremendamente complejo. En esta complejidad ando perdido tan a menudo, incapaz de encontrar asiento en ese pequeño e infinito lugar desde el que puedo ser partícipe de la Existencia.

Recuperar el latido. Latir sin premisas. Solamente latir, nada más y nada menos
Pasado el mes de Agosto, seguimos con el Vedantasara.

La envoltura vital: las facultades de la acción y los alientos vitales

Hasta ahora hemos examinado tres de las cinco envolturas (kosas) que parecen cubrir y ocultar el atman. De la más sutil a la más tosca: la envoltura de la felicidad (anandamaya kosa), la intelectual o de conocimiento discernidor (vijñamaya kosa), y la de manas, la mente no detrminadora (manomaya kosa).

La siguiente envoltura, la vital (pranamaya kosa), está compuesta de las cinco facultades de la acción y los cinco pranas o alientos vitales.

Las facultades de la acción (karmendriyas) son: habla o voz (vac), mano (pani), pie (pada), ano (payu) y órgano sexual (upastha). Los órganos de la acción forman parte del cuerpo sutil. No designan órganos físicos sino capacidades o facultades sutiles que se expresan o actuan por medio de los correspondientes órganos físicos. Por eso solemos referirnos a ellas por el nombre de la función que realizan: habla, pensión, locomoción, excreción y reproducción. Aunque, evidentemente, existen más acciones que realizan los seres vivos, el Vedantasara describe estas cinco acciones importantes como representación de todas ellas, de manera que al ser cinco, se relacionen con los cinco elementos, los cinco sentidos y los cinco alientos vitales.

Las facultades de la acción y los alientos vitales, que componen la envoltura vital (pranamaya kosa), proceden de las partes rajásicas, activas, de los cinco elementos. De la parte rajásica del éter surge el habla; de la del aire la prensión; de la del fuego, la locomoción; de la del agua, le excreción; y de la de la tierra, la reproducción. Son facultades activas y, por tanto, rajas es su causa material.

Los alientos vitales son prana, apana, vyana, udana y samana.

Los vayus, pranas o alientos vitales son substancias fluidas sutiles que se mueven por el cuerpo sutil  realizando diversas funciones. Son intermediarios entre la mente y los sentidos y el cuerpo físico. Circulan por canales sutiles llamados nadis, que se corresponden con los nervios del cuerpo tosco.Cuando los pranas abandonan el cuerpo físico, se llevan con ellos el cuerpo sutil entero, y el cuerpo físico perece. En realidad sólo hay un único prana que recibe distintos nombres según las funciones que realiza.

El prana es el aliento vital que se mueve hacia delante y está situado en la punta de la nariz. Es, por tanto, la energía que acompaña la exhalación.

El apana es el aliento vital descendente que se ocupa, entre otras cosas, de la inspiración.

El vyana es aliento vital que se mueve en todas direcciones y está ubicado por todo el cuerpo. Según algunas interpretaciones es el responsable de la circulación de la sangre.

El udana es el aire vital de la muerte, que reside en la garganta y se mueve hacia arriba. En un sentido profundo hace salir el cuerpo sutil del cuerpo físico al morir, al expirar. Pero es también responsable de llevar las cosas hacia arriba, de procesos como el vómito, la tos, el esputo; es decir de arrojar hacia arriba las impurezas y expulsarlas del cuerpo.

El samana es el aliento vital que reside en el centro del cuerpo y lleva a cabo la asimilación del alimento.

Comentario de Pandu:
en esta construcción de una cosmovisión el Vedantasara nos hace ver que, como en tantos aspectos, también para el cuerpo humano existe un paralelismo entre una parte tosca y una parte sutil. Que a una parte tosca del cuerpo físico que actúa maquinalmente, se corresponde una parte sutil que inunda a este cuerpo de aliento de vida mientras lo habita. Aquí, en mi opinión, lo importante no es tanto la precisión anatómica de un texto del siglo XV, como esa idea de que un cuerpo físico es habitado por un alma que lo moviliza y le permite experimentar la vida.

lunes, 13 de julio de 2015

El Papa Francisco

Estos pasados días, con motivo de su viaje a América Latina, me han gustado especialmente algunas declaraciones del Papa Francisco. Esas declaraciones, desgraciadamente, ponen aún más en evidencia una durísima realidad: los años y años, siglos,  que la iglesia ha mentido para proteger con su complicidad a los poderosos. Esa mordaza que la iglesia (con minúscula moral) aplicó sobre cualquiera de sus miembros que reivindicara valores cristianos. Esa capacidad de chantaje moral y emocional que ha llevado a tantos y tantas a sufrir un referente espiritual inundado de lo diabólico.
Hoy resulta gratificante ver que el máximo representante de la institución es capaz de proclamar algunas verdades. Es capaz, a riesgo de su vida, de pedir perdón a tantas víctimas de la iglesia, ya sea por la eliminación física, ya por la aniquilación moral en forma de violación soez de los derechos más elementales.
Desgraciadamente ni siquiera la valentía y el decoro de este Papa conseguirá que algunos nos reconciliemos con la institución eclesiástica. Sin embargo dejará al menos un milagro de frescura de una persona honesta que creció en este entorno y, desde dentro, dedica sus energías a limpiarlo en la medida de sus fuerzas y capacidades.

domingo, 12 de julio de 2015


(Foto, Marcos Soria)
                         La belleza de los maestros en meditación, arrobados por el silencio.
                     Esta es una entrada que iré repitiendo, pues es la fuente de insphiración.
Un pasito más en la exploración del Vedantasara

A esta envoltura intelectual que se mueve entre este mundo y el otro mundo y que se deriva de la acción, la experiencia, el placer, el dolor, etc., se la llama el individuo, jiva, relativo.
Dice Sadananda que el jiva es el intelecto en cuanto iluminado por el atman.
Dice también Sadananda  que la envoltura intelectual es el vyavaharika jiva, es decir, el individuo relativo o convencional, como si aparte existiera un jiva absoluto, paramarthika. En realidad el jivatman o yo individual es siempre, por esencia, convencional, ya que sólo existe para la mente ignorante.
El jiva es pues lo que captamos del atman por medio del intelecto. Es, por tanto, una idea intelectual. Por consiguiente, el núcleo de la individualidad es una idea: la idea del yo individual. Pero el referente de esta idea es la totalidad del organismo humano, las cinco envolturas del atman: de felicidad, intelectual, de manas, vital y física. Aunque la idea de jiva esté en el intelecto, se refiere a todo el individuo, con sus tres cuerpos: físico, sutil y causal.
De los tres cuerpos del individuo, el cuerpo físico, sthula sarira, es el más pasajero, el que el atman se quita y se pone más fácilmente, como si fuera un abrigo, y que perece y se renueva en cada reencarnación. Los otros dos, el cuerpo causal o karana sarira, y el cuerpo sutil o suksma sarira, existen mientras existe el individuo, lo constituyen durante todo su ciclo transmigratorio. Son pues, el verdadero individuo, sin comienzo y que sólo se extingue con el conocimiento liberador. De estos dos, el cuerpo causal, que es la ignorancia individual, es igual en todos los seres. Así que el verdadero eje de la individualidad es el cuerpo sutil, no en vano también llamado cuerpo distintivo, linga sarira. Y en el centro del cuerpo sutil se halla el intelecto, la sinfonía de todas las ideas, que giran en torno al estribillo constante de la idea de yo.
Así pues, jiva designa en el sentido más estricto la idea de yo; en un sentido intermedio designa el cuerpo sutil o linga; y en el sentido más amplio se refiere al organismo individual en todos los niveles, desde lo más tosco hasta la sutilísima ignorancia que es la causa material de todo lo demás.

Comentario de Pandu:
Podemos ver como en jiva existe una parte claramente perecedera y mutable, efímera, que es el cuerpo físico. Y como la identidad se fragua como una suma de intelecto e ignorancia individual, en el camino de anhelo hacia un conocimiento liberador, hacia un contacto con la Realidad, brahman, hasta una natural disolución de la identidad en él. Cuando conoce el brahman, la individualidad deja de ser necesaria.
Seguimos viendo como el Vedantasara explica las distintas funciones de la mente

Hemos hablado de buddhi, como función determinante en el conocimiento de un objeto, y de manas, que nos permite deliberar y dudar en el proceso de conocimiento.
Existe una facultad, citta, que suele definirse como memoria. Citta forma parte del intelecto porque proporcionar conocimiento sobre los objetos. Lo específico de este función es que los objetos sobre los que afirma o niega algo ya han sido percibidos antes, mientras que el resto de la buddhi determina la naturaleza de objetos que no han sido percibidos con anterioridad.
Pero la memoria no solo comprende elementos intelectuales, sino también, en gran medida, factores irracionales como puedan ser sentimientos o imágenes. Así pues, la memoria no es solo un aspecto de buddhi, sino una combinación de buddhi y manas.
A modo de ejemplo, pensemos en la percepción de un jarro. A través del sentido de la vista, manas recubre el objeto y adopta su forma. Así aprehendemos la presencia del objeto, sin saber todavía qué es. Es la"percepción indeterminada" (nirvikalpaka pratyaksa). Entonces la memoria, citta, aporta el recuerdo de varios conceptos universales (ser jarro, estar hecho de arcilla, ser marrón, etc) que se asemejan a lo percibido. Y el intelecto, buddhi, atribuye estos conceptos al objeto percibido, determinando así su naturaleza y sus propiedades. Es la llamada "percepción determinada" (savikalpaka pratyaksa). Por último, el sentido del yo (ahamkara) relaciona el objeto con el individuo perceptor: "estoy viendo un jarro", "este jarro me gusta", este jarro es mío". Todas estas funciones de la mente son sucesivas, pero tan rápidas que el individuo las capta como un único proceso.
El intelecto, junto con los sentidos, constituye la envoltura de conocimiento discernidor.
Hemos visto ya que la ignorancia, en su doble aspecto individual y colectivo, es la "envoltura de felicidad" (anandamaya kosa) del atman. Es una substancia que aparentemente cubre la Consciencia Pura y nos impide conocerla. Ahora vemos otras dos envolturas del atman, a las que podemos llamar "envolturas psíquicas", porque están constituidas por esas facultades psíquicas que acabamos de describir. La más sutil  es la llamada "envoltura de conocimiento discernidor" o vijñanamaya kosa, constituida por el órgano interno  o mente cuando está realizando su función determinante, es decir por la buddhi. Pero la buddhi por si sola no puede determinar nada si no va acompañada de los sentidos que le proporcionan sensaciones sobre las cuales afirmar o negar algo.
En intelecto, al determinar la naturaleza de un objeto simultáneamente lo distingue (viveka) de los otros objetos. En el Vedanta, el intelecto, (vijñana, buddhi) es la facultad que lleva el peso de la práctica espiritual, porque es la única capaz de distinguir lo Real de lo irreal y de afirmar la identidad del alma, jiva, con el brahman.

 Comentario de Pandu:
Vemos como, en una paradoja más que define nuestra existencia, el intelecto es a la vez la barrera al conocimiento de lo Real y a su vez la principal herramienta de la que nos dotamos para emprender la práctica espiritual. Porque no es posible conocer o instalarse en brahman a través de nuestra psique o de nuestro conocimiento racional, pero esas herramientas sí nos ayudan a seguir una vía, espiritual, que favorece nuestra disposición a entrar en contacto con lo más sattvico, con brahman en última instancia.

sábado, 13 de junio de 2015

Seguimos un poco más, explorando la mente en el Vedantasara

El manas es la función del órgano interno que consiste en deliberar y dudar. Es decir, el manas, como buddhi, no es la mente sino una de sus funciones. El manas es el movimiento de la mente en torno al objeto sobre el que todavía no ha concluido nada. Así pues llamamos manas a la mente cuando recoge los datos aportados por los sentidos, los articula y trabaja sobre ellos. En cuanto la mente llega a una conclusión sobre ellos y emite un juicio, llamamos a la mente buddhi.
El trabajo de amanas sobre el objeto tiene dos aspectos, uno positivo y uno negativo. Positivamente, el manas reflexiona o delibera sobre el objeto de conocimiento; negativamente todavía no está seguro de su naturaleza, duda acerca de ella. El aspecto positivo es el samkalpa o deliberación; el negativo el vikalpa o duda.
Así pues, buddhi y manas son las funciones que describen el aspecto más cognitivo de la mente, la mente como pensamiento.
La percepción la realizan los sentidos.
La imaginación es una facultad representativa no conclusiva y, por tanto, debe formar parte de manas.
La afectividad, al no ser una facultad representativa, no puede determinar nada y, por tanto, forma parte de manas.
La voluntad es una facultad compuesta: comprende distintos procesos como el deseo, la deliberación, la decisión y la realización de lo decidido. El deseo y la deliberación sobre si se va a realizar una acción o no, pertenecen a manas. La decisión o resolución, aunque sea una actividad conclusiva de la mente, no proporciona ningún conocimiento, así que la situaremos en manas. La fuerza de voluntad, que permite actuar, también es un proceso irracional perteneciente a manas.
Por tanto, y en resumen, todas las actividades o modificaciones de la mente excepto la determinación de la naturaleza del objeto forman parte de manas.
Seguimos, después de unos días de pausa, explorando el Vedantasara

El intelecto y la mente

El antahkarana u órgano interno es una substancia material sutil que realiza operaciones como pensar, sentir, imaginar o recordar. Es lo que en Occidente llamamos la mente en todos sus aspectos.
El órgano interno permite elaborar las informaciones proporcionadas por los sentidos y decidir lo que se debe hacer.
El órgano interno es una substancia fluida y plástica que adopta diferentes formas según la función que desempeña en cada momento. Estas formas son las vrttis, término que puede traducirse como proceso, actividad, estado, modificación o función de la mente.
El órgano interno realiza sus funciones adoptando la forma del objeto que reproduce. La mente no es un sujeto conocedor sino un objeto sutil que representa un objeto tosco y es conocido por el sujeto, que es la consciencia individual, es decir la Consciencia condicionada por la ignorancia individual.
La mente "adopta la forma del objeto percibido" por medio de los sentidos, adopta la forma en este sentido. Y la percepción no es un proceso meramente pasivo, sino que requiere una actividad exploradora y constructiva por parte del perceptor.
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Comentario de Pandu:
Es decir, en el fondo, en lo más profundo, está la Consciencia. Cuando la el individuo se "apropia" de la consciencia, ésta queda "manchada" por la ignorancia individual, y de ello nace la consciencia individual, que es el sujeto individual con capacidad de conocer, y que conoce a través de un objeto sutil que es la mente; esa mente que percibe a través de los sentidos, que toman la forma de los objetos susceptibles de ser conocidos e informan a la mente.
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seguimos,

La buddhi es una de las funciones o modificaciones de la mente. El intelecto (buddhi) es la función del órgano interno que consiste en determinar con precisión la naturaleza del objeto de conocimiento. El intelecto es la facultad de pensamiento verbal o proposicional. El pensamiento de general es una corriente en la que interactuan diferentes clases de procesos mentales: imaginación, memoria, percepción, etc. Es un flujo ininterrumpido de fenómenos psíquicos, una especie de río de vivencias. El pensamiento verbal es el que se realiza por medio de frases mentales, y su función específica en el seno de la corriente de la consciencia es ir señalando las conclusiones que van apareciendo a lo largo del proceso de pensamiento para relanzarlo a partir de una base firme.  Cuando aparecen los pensamientos verbales detienen momentáneamente esa corriente mental fluida y expresan lo que está ocurriendo en ella. Son como los "subtítulos" de la corriente de la consciencia mediante los cuales el sujeto se va diciendo lo que pasa en su interior.
A esto es lo que llamamos el intelecto o la buddhi, la función determinadora de la mente.

lunes, 1 de junio de 2015

Reproduzco un texto sobre la Fe de Swami Vivekananda, extraido del libro "Un pensamiento y una oración para cada día"

"Fe no es creencia; es iluminación, es captar la Realidad Última. Primero oír, luego razonar y descubrir todo lo que la razón pueda darnos con respecto al Atman. Dejemos que la corriente de la razón fluya sobre el Ser; luego tomemos lo que queda. Si nada queda, agradezcamos a Dios, por haber escapado de la superstición.

Cuando hayas determinado que nada puede quitarte tu propio Ser, el Atman; que Él sale triunfante de toda prueba, adhiérete fuertemente a Él y enséñalo a todos. La verdad nunca es individual; es para el bien de todos, pues su carácter es Universal.

Finalmente, en perfecta tranquilidad y paz, medita en el Atman, concentra tu mente en Él, hazte uno con Él. Entonces ya no harán falta las palabras; el silencio te llevará hasta la Verdad.

No gastes tus energías en conversaciones; en su lugar medita en silencio y no permitas que la embestida del mundo exterior te mueva. Cuando la mente está en el más elevado estado, somos inconscientes del mundo. Acumula poder en silencio y conviértete en una dinamo de espiritualidad.

¿Qué puede dar un mendigo? Sólo un rey puede dar y eso siempre que no necesite nada para sí mismo. Que nombre, fama y dinero se vayan; son terribles ligaduras. ¡Siente la maravillosa atmósfera de la libertad! ¡Tú eres libre, libre, libre!"

domingo, 24 de mayo de 2015

Un pequeño comentario sobre esa frase de ayer,


"El hábito no hace al monje.
Lo que hace al monje, es el hábito."


Esa ocurrencia matutina de ayer, aunque acuñada por mí, se debe evidentemente a la inspiración de Swamiji, especialmente después de este fin de semana, recién concluido, pasado en su presencia.
Es un fin de semana en que Swamiji, de repente me sorprendía preguntándose qué vestuario sería más adecuado para la conferencia que habíamos organizado. Así quedaba claro que lo formal iba a ser del todo accesorio. Que es una cuestión a la que no suele prestar importancia y, en esta ocasión,enfrentado a una audiencia de doscientas personas, afloraba como algo exterior a él, cuyo único objeto era que se adecuara a lo que los otros vivirían como una presencia externa cómoda o adecuada. Así pues, el hábito no hace al monje.
Este fin de semana, que Swamiji ha pasado en casa, ha sido una vez más ejemplo de rigor y disciplina, de disponibilidad plena a todos y a todas. De atención plena y permanente. De compromiso con mayúsculas, con la práctica, la comunicación de sus enseñanzas, la puesta a disposición de su experiencia y su vivencia para compartir el profundo camino espiritual en el que brilla. Todo eso a través de la sistematización del rigor en los actos y la conducta. El no fallar nunca, el no permitirse una excusa o un momento de pereza o indolencia. Haciendo evidente entonces, que lo que hace al monje es el hábito.

viernes, 22 de mayo de 2015

Ocurrencia matutina, compartida y bendecida por Swamiji:

El hábito no hace al monje.
Lo que hace al monje, es el hábito.
Comparto con vosotros una pequeña reflexión que ha asomado esta mañana a mis dedos y a mi teclado. La he llamado "La trampa del espejo".

A menudo caemos en la "trampa del espejo". ¿En qué consiste, preguntas? Pues consiste en colocar sobre aquel espejo de toda la vida, en el que nos mirábamos de pequeños, una foto de nosotros mismos que pensamos que nos favorece. En esa foto, aparecemos tal como queremos vernos y, sobre todo, tal como queremos que los otros nos vean. Cada mañana al levantarnos, nos situamos frente a la foto y la miramos como si realmente fuera un espejo. Sonreimos a la foto con esa complicidad del "qué bien estoy" y salimos decididos a comernos el mundo. Si tenemos una inmensa suerte, un día la sujeción de la foto se rompe, y al levantarnos nos encontramos frente a un espejo sucio, que no refleja nada. Y si tenemos aún más suerte, y somos honestos, si somos valientes y determinados, si nos comprometemos con verdad en nuestro corazón, realizamos el gesto más audaz, que puede redimirnos: comenzamos, poco a poco, con tesón, a limpiar el espejo. Vamos descubriendo entonces las huellas que nuestro recorrido por el mundo ha ido dejando, en forma de arrugas y de imperfecciones, y deseamos con todas nuestras fuerzas recuperar aquella foto juvenil e ideal para que vuelva a presidir nuestras mañanas. 
Y en este momento, si hacemos acopio de valor y entereza, tomamos la decisión más importante que tomarse pueda. Agarramos el trapo, y seguimos frotando.

(Foto, Marcos Soria)
                         La belleza de los maestros en meditación, arrobados por el silencio.
                     Esta es una entrada que iré repitiendo, pues es la fuente de insphiración.

Ramayana Movie - Una aproximación Manga al Ramayana

domingo, 17 de mayo de 2015


Un paso más en la Exploración del Vedantasara


El cuerpo sutil y sus partes

Los cuerpos sutiles son los <<cuerpos distintivos>> (lingasarirani), que constan de diecisiete partes.
Las partes del cuerpo sutil son: los cinco sentidos, el intelecto (buddhi), el manas (mente no determinadora), las cinco facultades de acción y los cinco alientos vitales.
En la base del ser individual (jiva) se halla la ignorancia individual que es el cuerpo causal (karana sarira), la causa de los otros niveles de la individualidad. El cuerpo sutil (suksma sarira) es aquella parte del ser individual que no se percibe directamente por los sentidos: el sistema de todos los elementos psíquicos y <<energéticos>>. El cuerpo tosco (sthula sarira) es la dimensión física o perceptible del ser vivo.
Los cinco sentidos son el oído, el tacto, la vista, el gusto y el olfato.
Literalmente jñanendryia significa <<órgano o instrumento de conocimiento>>. Son las facultades psíquicas, sutiles, que nos permiten sentir las sensaciones físicas: sonido (sabda), contacto(sparsa), forma o color (rupa), sabor (rasa) y olor (gandha); es decir, son los cinco sentidos clásicos: oído, tacto, vista, gusto y olfato. Sin embargo los nombres literales de los cinco jñanendryias son: srotra (oído u oreja), tvak (piel), caksus (ojo), jihva (lengua) y ghrana (olfato). Son pues los nombres de los correspondientes órganos de los sentidos, a pesar de lo cual se trata de facultades mentales y no de los órganos físicos de los sentidos porque éstos pertenecen al cuerpo físico, y no al cuerpo sutil.
Cada sentido está hecho de la parte sattvica o <<bondadosa>> de uno de los elementos sutiles. Recordemos que en los elementos sutiles predominaba el constitutivo <<oscuridad>> (tamas), pero que también tenían algo de los otros dos constitutivos, rajas y sattva. Las facultades psíquicas -los sentidos, el intelecto y la mente indeterminada (manas)- Proceden de esta pequeña parte sáttvica o pura de los elementos sutiles (tanmatras). La diferencia es que cada sentido procede de un solo tanmatra, mientras que el intelecto y el manas proceden de la parte sáttvica de todos los tanmatras juntos. Por eso, aunque cada sentido sólo puede aprehender la cualidad sensible característica del tanmatra del que procede, el intelecto y el manas pueden trabajas con todas las sensaciones.
Así de la parte sáttvica del elemento éter, caracterizado por la cualidad del sonido, surge el sentido del oído; de la del aire, caracterizado por el contacto, surge el tacto; del fuego, caracterizado por la forma, la vista; del agua, que tiene sabor, la lengua; y de la tierra, olorosa, el olfato.
Es así el universo? Desde la física moderna hay que contestar que no. Pero viendo esta cosmogonía como un intento de organizar la experiencia de lo real, una mirada benévola puede aceptarla como una clasificación plausible de nuestras experiencias. Y sobre todo, como una clasificación que puede ser útil para la meditación y, en consecuencia, para avanzar hacia la experiencia adual, que es la meta del Vedanta.
Si el Vedanta fuera una filosofía, desde un punto de vista vedántico, habría que dejarlo atrás para avanzar en el camino. Pero el Vedanta no es una filosofía, sino el final del conocimiento. Las descripciones del Vedanta sirven para darnos una imagen completa de la realidad en todos sus aspectos. Si, adaptándolas y reinterpretándolas, podemos mediante ellas tener una visión de conjunto plausible de la realidad, eso es suficiente. Porque recordemos que el siguiente paso de la práctica es apavada, la negación de todo lo que estamos exponiendo.
En consecuencia, caben múltiples interpretaciones plausibles de la realidad. Lo que importa, no es tanto que sean verdaderas o falsas como que sean compatibles con la experiencia común y sirvan para orientar nuestra vida. Cada cual optará por una de ellas según lo que quiera hacer con su vida.


Comentario de Pandu:


Aqui el Vedantasara propone una descripción de la realidad en clave cosmogónica. Y esa propuesta plantea un contacto con lo real que podemos asumir como algo que nos remite a nuestra experiencia individual del mundo. Es decir, una percepción "física" de la realidad que se produce a través de los sentidos y la sensación que cada uno produce (oído, vista, tacto, ...) y una aproximación intelectual a esa realidad a través de una elaboración psíquica en la que todos los sentidos pueden entrar en juego mezclándose; en la que no es necesaria la experiencia unívoca estímulo-sensación. En esa experiencia intelectual se produce una elaboración creativa y subjetiva de la realidad que permite que cada ser individual genere su "propio universo", hecho desde luego de ignorancia y también de autoengaño.

jueves, 14 de mayo de 2015

RAMANA MAHARSHI-Documental Arunachala Shiva (subt. español)





Un documental que ilustra bien como se dan las cosas en determinados ámbitos, qué ocurre cuando uno tiene la mente abierta a recibir.

martes, 12 de mayo de 2015

Queridos amigos lectores,

para la conferencia de Swami Rameshwarananda Giri Maharaj se han liberado 14 plazas que estaban bloqueadas para diversos posibles compromisos. Si alguien quiere inscribirse, todavía está a tiempo, enviando un email a sr2305@hotmail.com indicando nombre y apellidos.
Os recuerdo que la conferencia tendrá lugar en el CCCB, Aula 1, el dia 23 de Mayo a las 11 horas.
Gracias a todos por asomaros de vez en cuando!

domingo, 10 de mayo de 2015

Avanzamos un poco más en la exploración del Vedantasara

A las cinco sustancias que son los primeros derivados de la ignorancia se les llama <<elementos sutiles>> (suksmabhutani) porque son imperceptibles por los sentidos, a diferencia de los elementos toscos (sthulabhutani) que se derivan de ellos. Su nombre más conocido es tanmatras, literalmente <<sólo eso>>, es decir, elementos simples, no mezclados. Se llaman así porque en el estado anterior al despliegue cósmico cada uno de ellos sólo posee su propia cualidad distintiva (visesaguna), un único atributo que constituye su naturaleza. Así la cualidad distintiva del éter es el sonido (sabda); la del aire, el contacto (sparsa); la del fuego, la forma (rupa); la del agua, el sabor (rasa); y la de la tierra, el olor (gandha). Los nombres son los de las cualidades sensibles o sensaciones que perciben los órganos sensoriales, pero no son las sensaciones propiamente dichas sino sus esencias sutiles, las sensaciones en potencia que luego se actualizarán o manifestarán en las sensaciones toscas que aprehendemos con los sentidos.
La diversidad sutil de la que procede todo el universo está hecha de sensaciones en potencia. En el fondo, pues, todo es sensación. No sólo los objetos percibidos, sino también los afectos, las imaginaciones y recuerdos, y hasta los pensamientos están hechos de sensaciones. Es cierto que, además de los cinco sentidos clásicos -exteroceptores-, que captan las sensaciones externas, hay otros sentidos mediante los cuales percibimos las sensaciones internas -interoceptores- y los movimientos del cuerpo -propioceptores-; pero la idea básica de que toda nuestra realidad experiencial está hecha de sensaciones no se ve afectada por esta ampliación  del número de los sentidos.

De los elementos sutiles proceden los cuerpos sutiles (suksmararirani) que, juntos, constituyen el mundo sutil entero.
El fondo último que constituye todo lo real y lo trasciende infinitamente es el brahman. El brahman es la Consciencia. En nuestra experiencia consciente sólo hay Consciencia o Experiencia. Si conseguimos ver todos los fenómenos sólo como Consciencia, estamos conociendo la adualidad de la realidad. Si nos instalamos en este conocimiento, hemos alcanzado la liberación. Pero si no estamos liberados, nos imaginamos que la Consciencia es múltiple -aún cuando nunca lo es-; que está dividida entre yo y no yo, en la dualidad. Esa es una visión errónea que provoca apego y sufrimiento. A la causa de este error la llamamos la ignorancia (avydia ajñana) o ilusión (maya).
Tenemos pues la Consciencia y la Ignorancia. La ignorancia debe ser múltiple porque de lo contrario no podría ser la causa material de un universo múltiple; por eso decimos que está compuesta de los tres gunas (tamas, rajas y sattva), cuya combinación da lugar a todos los fenómenos. Pero el universo entero está hecho de sensaciones, externas o internas, sentidas o imaginadas. Por eso postulamos que el primer producto de los tres constitutivos o gunas son los cinco elementos sutiles (tanmatras), las esencias imperceptibles de las que proceden las sensaciones perceptibles que constituyen todos los fenómenos sutiles (psíquicos y <<vitales>>) y toscos (físicos).
Decía Swami Brahmananda que el Vedanta es una <<ciencia subjetiva>>. Aunque el Vedanta tradicional haya sido tan metafísico como el que más, lo importante a efectos prácticos no es una supuesta <<realidad en sí>>, sino nuestra experiencia de la realidad.


Comentario de Pandu:

Así pues, la realidad última es la Consciencia, que todo lo es y todo lo contiene, pero que muy dificilmente puede ser percibida como tal. Si acaso, solo los seres liberados consiguen instalarse en un conocimiento no dual que consigue ver todos los fenómenos como Consciencia.
El resto de los mortales nos debatimos en nuestra experiencia del universo manifestado a través de nuestras facultades sensoriales. Estamos pues inmersos en el mundo de la ignorancia (ajñana) y la ilusión (maya). A pesar de eso podemos distinguir entre las realidades más toscas y las más sutiles, entre aquello más físico y más corpóreo y aquello que es más fino (psíquico), entre lo que es puro acto y aquello que es en potencia.